La “nueva normalidad” y la posibilidad de desplazarse a otras comunidades autónomas comienza el lunes 22 para el común de los mortales, pero los parlamentarios de Bildu gozan de este privilegio hace ya tiempo. Resulta que el Ministerio del Interior ha concedido a los parlamentarios de esta formación un permiso general, pese a las restricciones de movilidad, para que visiten a los presos de ETA por toda España. Los familiares y amigos de los condenados por terrorismo que no han podido desplazarse a otras provincias para visitarlos durante el confinamiento, según publica ABC, se habrían quejado, por lo que Bildu habría ordenado a sus diputados, senadores y parlamentarios del País Vasco y de Navarra que cubrieran su vacío emocional, a lo que el Ministerio del Interior habría accedido. Frente al resto de presos, o incluso frente a todos los españoles en general que tampoco han podido visitar durante meses a sus familiares en otras comunidades, los representantes de Bildu habrían estado viajando por tanto por toda España con un salvoconducto aprobado por el gobierno.
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Como es lógico una primera explicación a todo esto se encuentra en el apoyo que el PSOE y Podemos han encontrado en el PNV y últimamente en Bildu. Pero incluso más allá de ello, algunos observadores relacionan estas facilidades de desplazamiento con un conflicto interno en el seno de la izquierda abertzale, en el que por un lado estarían Arnaldo Otegui y el sector oficialista, y por otro el sector más duro de ATA o el etarra “Patxi Ruiz”, asesino de Tomás Caballero, por cuya causa han tenido lugar las últimas movilizaciones y actos de violencia callejera en el País Vasco y Navarra.
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No es posible olvidar que la tensión territorial en España, antes del coronavirus, había alcanzado niveles de tensión alarmantes. ¿Qué pasará conforme el coronavirus vaya pasando a segundo plano? Tampoco se puede dejar de tener en cuenta que para los nacionalistas se ha presentado una oportunidad única de debilidad del gobierno de España. Por un lado no pueden dejar a Pedro Sánchez que caiga, pero por otro lado no tiene sentido para ellos el mantenerlo si no es para ir alcanzando sus últimos objetivos. Es ahora o puede que nunca. De lo que no cabe duda es de que la izquierda abertzale cuenta con una gran fuerza en este momento porque el gobierno depende de ella y uno no puede depender de otro y enfrentarse a él al mismo tiempo. Es por ello que la gran pregunta es en primer lugar hasta qué punto es real una división en la izquierda abertzale, y en segundo lugar si todo esto conduciría a una moderación del supuesto sector duro o a un endurecimiento del supuesto sector moderado. La utilización de la palabra “moderado”, por otra parte, resulta curiosa en este ámbito porque nadie hablaría de nazis moderados, pero nos podemos hartar en cambio de oír hablar de etarras moderados y batasunos moderados a los que se podría distinguir por lo visto por su salvoconducto.
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