Hay unas setenta razones acumuladas durante los últimos meses para que el gobierno de PSOE y Podemos no sólo tuviera que dimitir casi en pleno, sino para que responda judicialmente por sus acciones. Acciones que, como vamos a ver, no son meros errores sino una mezcla de maldad, soberbia e incompetencia, por desgracia con resultado de muerte.
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El 28 de marzo se produjo un error en Mátrix durante la rueda de prensa que ofrecía José Ángel González, Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional. González declaraba que “hace ya dos meses que el director general de la Policía nos encargó a la Subdirección General de Logística que empezáramos a mover la compra de mascarillas y de guantes”.
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La declaración resultaba muy sorprendente porque contradecía el discurso oficial de que no se podía haber previsto la que se nos venía encima y que el gobierno no haciendo nada no había hecho más que seguir los consejos de los expertos.
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A tal punto rechinó la declaración del DAO de la Policía Nacional que el Secretario de Estado, Miguel Ángel Oliver, el relator encargado por este incalificable gobierno de trasladar-censurar las preguntas de la prensa, intervino inesperadamente tratando de corregirle, incluso intentando presionarle para hacerle cambiar su declaración: “¿Tres meses, querrá decir tres semanas?”, a lo que el mando policial contestó que no, ratificándose en su declaración, y en que hacía ya dos meses que se había producido el aviso.
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https://twitter.com/i/status/1243937489565487104
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Ahora sabemos un poco más porque el protagonista de aquel aviso ha comenzado a hablar. Se trata del comisario José Antonio Nieto González, que además de policía es médico, especialista de Trabajo y técnico superior en riesgos laborales , el cual era jefe de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía cuando ya en enero elaboró un informe avisando de la amenaza sanitaria que podía representar el coronavirus, de la necesidad de adquirir guantes y mascarillas para la Policía, e indicando que los policías de fronteras empezaran a utilizar de inmediato las mascarillas.
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Pues bien, resulta que este mando policial que avisó del peligro y señaló la necesidad de hacer acopio de equipos de protección y de empezar a usarlo de inmediato en los destinos más expuestos fue cesado el 14 de marzo. Los detalles del cese son un auténtico testimonio de cargo para nuestro gobierno.
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El propio José Antonio Nieto ha contado en el programa Espejo Público de Antena3 que un mes después de hacer esa recomendación y de que la policía de fronteras empezara a usar mascarillas, el Ministerio de Sanidad le pidió a la Policía «quitar esa orden para que los policías en los aeropuertos no llevaran mascarillas». Ver policías con mascarillas, le explicaron, podía alarmar a la población: «Sanidad siempre decía que no querían alarma social, yo creo que Sanidad ahí minusvaloró el riesgo», declara ahora Nieto. Vaya que si lo minusvaloró.
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Al parecer, Nieto hizo algo más que acertar para merecer su cese. Además de acertar envió un documento recomendando a todos los agentes el uso de guantes y mascarillas. Al divulgar ese documento sin autorización superior, aparentemente antes de tiempo, todos los policías se enteraron de la amenaza que se cernía sobre ellos mucho antes de que les avisara el gobierno. Nieto además había utilizado una partida una partida de más de 300.000 euros del presupuesto del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales para comprar trajes EPI, 15.000 mascarillas y 22.000 pares de guantes.
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Nieto comienza ahora a dar datos sobre lo sucedido porque acaba de jubilarse.
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La historia de este héroe policial pone de manifiesto que este gobierno no premia por acertar sino por equivocarse. Al jefe policial que vio venir el problema, que lo advirtió y que empezó a comprar material a tiempo se le cesa. A Fernando Simón se le quieren hacer camisetas y darle medallas. El gobierno no premia el buen hacer sino el lacayismo, aunque cueste decenas de miles de vidas. El gobierno no puede decir que no sabía, porque cesó a los que le advertían. En vez de alertarnos, tomar medidas y comprar material, el gobierno ordenó que los policías se quitaran las mascarillas para no alarmarnos del peligro. ¿Por qué se la jugó Nieto divulgando la recomendación de usar protección?, tal vez porque no confiaba en que el gobierno fuera a trasladársela a los policías, así que a poco de jubilarse se jugó el puesto para proteger a sus hombres. El héroe no es Fernando Simón. El héroe es José Antonio Nieto González. Los héroes crecen frente a la existencia de los villanos, y Nieto González estaba rodeado de ellos. El más elemental sentido de la Justicia exige que Nieto sea restituido en su honor y que quienes destituyeron a Nieto sean fulminados, para a continuación rendir cuentas ante la Justicia si además es el caso. Gente como Nieto salva vidas, gente como Simón las ha costado. Claro que Fernando Simón sólo es un pequeño lacayo. La auténtica responsabilidad real apunta más alto.
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