El día que la ayuda del gobierno a las residencias navarras fue quitarles 15.000 mascarillas

La acumulación de noticias en estos tiempos es tal que corremos el riesgo de que cosas muy importantes que han sucedido caigan en el olvido. En este momento, por ejemplo, se debate lo sucedido en las residencias de ancianos en toda España, ya que las muertes de mayores representan la inmensa mayoría de los casos de fallecimiento por COVID-19 y las residencias, obviamente, han estado en el vórtice de la pandemia.

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Si alguien debería estar callado en estos momentos ése debería ser el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que por el contrario ha irrumpido en el debate declarando que lo sucedido en las residencias de Madrid “es un escándalo, si no un crimen”. En realidad ya estamos acostumbrados a que Pablo Iglesias utilice una y otra vez el comodín de defenderse atacando, de modo que quien le cuestione sólo pueda ser ora un corrupto, ora un golpista, ora un criminal. Una persona decente, por lo visto, de ninguna manera podría cuestionar nunca al líder de Podemos. En cualquier caso, es Iglesias el que ha elevado el tono del debate sobre lo sucedido en las residencias hasta ubicarlo entre lo escandaloso y lo criminal.

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Dicho esto, recientemente se han publicado los datos de las muertes en las residencias de cada comunidad autónoma. En el caso de Navarra las cifras resultan escandalosas. De los 490 muertos reconocidos por Sanidad al momento de elaborar el informe, 432 fallecimientos corresponden a ancianos en residencias. Es decir, el 88% de los fallecimientos por COVID-19 en Navarra se han producido en las residencias.

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Como decíamos al principio, es tal el flujo de noticias que corremos el riesgo de no poder ordenarlas ni relacionarlas debidamente. Es por ello que sería fácil olvidar esta noticia de principios de abril en la que Rafael Sánchez Ostiz, presidente de la asociación que gestiona el 50% de las plazas de residencias en Navarra, denunciaba que el gobierno les había incautado 15.000 mascarillas.

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Volviendo a asociar unas noticias con otras en el pasado maremágnum informativo, hay que recordar cuál es la razón principal de que el coronavirus nos pillara sin mascarilllas y sin equipo. No es por los recortes, ni por la escasez de loas y elogios a la gestión de Pedro y Pablo, sino porque tan tarde como el 5 de marzo el gobierno aún sostenía que “no iba a haber rupturas de stock de mascarillas”, que los servicios en general estaban “bien abastecidos” y que con “los mismos sistemas de contingencia” que para la gripe bastaba y que no iba a haber ningún problema. En definitiva, no compraron nada a tiempo porque fueron los últimos en enterarse de lo que estaba pasando.

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La noticia de las 15.000 mascarillas incautadas a las residencias navarras, por tanto, viene a ser la respuesta a la pregunta de qué ha hecho el gobierno por los ancianos que viven en las residencias, en las que ha habido tantos contagios y en las que se han producido tantos fallecimientos. ¿Es el gobierno quien tiene que estar ahora pidiendo explicaciones o quien tendría que darlas? Y según el baremo del líder de Podemos, ¿dónde habría que ubicar las responsabilidades del gobierno respecto a las residencias? ¿En lo criminal o en lo escandaloso?

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