Por alguna extraña razón, para el PSN y CDN se ha convertido en una situación “gravísima” y “sin precendentes” que el responsable de una institución pública comparezca con normalidad en el Parlamento a dar cuenta de su gestión o de algunos sucesos acaecidos en la UPNA. La normalidad de esta comparecencia no se deduce de que el compareciente tenga que ser aclamado o criticado en su gestión por todos o alguno de los grupos parlamentarios. Como resulta obvio, el rector de la Universidad Pública puede realizar su gestión al frente de la UPNA de forma correcta o incorrecta. El Parlamento, los medios y los ciudadanos pueden criticar esta labor si les parece incorrecta. En una democracia no puede ser de otra manera. La llamativa sobreprotección que el PSN esta ejercitando sobre Julio Lafuente, por otra parte, puede acabar convirtiéndose en abrazo del oso, si la ciudadanía comienza a percibir al rector de la UPNA como alguien tan identificado con el PSN que éste no permite que se le roce con el pétalo de una rosa.
Por lo demás, el sentido común indica que es la parafernalia filoterrorista, y no la comparecencia del rector en el Parlamento, la que empaña y pone en riesgo la imagen de la UPNA.