Hasta hace unas semanas el balance anual del PNV a poco tiempo de las elecciones vascas se podía saldar con un Zaldibar nunca mais. Sólo que los hilillos de basurrilla del PNV apenas son noticia. No es como si un gobierno del PP después de un mes tuviera a dos personas muertas bajo una montaña de mierda. Una montaña que ha estado ardiendo durante semanas generando una nube de hilillos de amianto. Pero no ha sido el tema con el que se han abierto todos los días todos los telediarios. No ha habido protestas masivas ni mareas en todas las ciudades. Hay una vara de medir para el PP y otra para los demás. Hay una parte de la población que lo ve y otra parte que no lo quiere ver o participa de la hemiplejia moral.
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En estas andábamos cuando aparece el coronavirus y el gobierno vasco da otra muestra de dudosa eficacia en la gestión de una crisis. Llevamos semanas recibiendo noticias crecientemente preocupantes sobre el coronavirus. Ha habido tiempo para pensar y para prepararse para lo que pudiera llegar. Si el nivel de alarma adecuado a la situación es 50, es una irresponsabilidad crear una psicosis nivel 350; pero si el nivel de alarma adecuado es 50 resulta igual de irresponsable sostener un discurso de alarma nivel 7. El caso en la CAV, tras ser atendidos los primeros pacientes infectados, el gobierno vasco ha tenido que poner en cuarentena a 100 sanitarios. O sea, que el resultado de los protocolos y la preparación del servicio vasco de salud (Osakidetza) al enfrentarse con el coronavirus es que el servicio vasco de salud ha quedado desarbolado por el coronavirus a la primera toma de contacto. El nivel de ineficiencia llega al punto de que el gobierno vasco ha tenido que convocar a toda prisa plazas para ocupar el puesto de los médicos separados del servicio por la cuarentena, pero exigiendo a los aspirantes que hablen euskera. Sería todo muy ridículo si no fuera tan dramático. Pero es que el PNV, aliado de las formaciones de progreso, es un gran gestor, silencio en los medios. Si esto pasara en una comunidad gobernada por el PP o hubiera un presidente del PP en la Moncloa sabemos lo que estaría pasando, porque tuvimos un claro anticipo de la falta de escrúpulos de la izquierda con la crisis del Ebola.
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En el caso de la gestión de la crisis del coronavirus por parte del gobierno vasco, hasta el sindicato ELA ha denunniado la falta de control, de previsión y de formación por parte de Osakidetza. La respuesta gubernamental y mediática ha sido una carta firmada por 24 de los sanitarios en cuarentena defendiendo al gobierno vasco y asegurando que en todo momento se han cumplido los protocolos establecidos por Osakidetza. Puede que el PNV no se un buen gestor reaccionado técnicamente a los problemas reales, pero es bueno políticamente para disipar y silenciar la responsabilidad por su mala gestión. El problema es que la consecuencia de haber aplicado maravillosamente los protocolos no es que el sistema sanitario ha afrontado eficientemente la crisis, sino que ha quedado desarticulado a la primera de cambio. Si la primera confrontación con el coronavirus ha sido un desastre es que o no se cumplieron tan maravillosamente los protocolos o que los protocolos eran totalmente insuficientes. Pero qué bien gestiona el PNV. El requisito de euskera para cubrir las bajas de los sanitarios es por cierto como el rechazo de la ayuda de la UME para apagar el fuego de la montaña de basura de Zaldívar. La ideología primero, después las soluciones. Como si el coronavirus distinguiera entre castellanoparlantes y bilingües o entre nacionalistas y no nacionalistas. Pero qué buen gestor es el PNV.
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Un comentario
Apoyaron que se removiese cielo y tierra para desenterrar una momia que llevaba más de 40 años bajo tierra y no han sido capaces de remover la basura que atrapó a dos personas vivas por si se hubiera podido salvarlas.
Y lo de los médicos, bueno … lo de los médicos es una demostración de paletismo inconmensurable, además de patético.