Precalentando motores de cara al 8M y la celebración del Día de la Mujer, la UGT de Navarra ha presentado un informe denunciando la brecha salarial y laboral que padecen las navarras, dándose además la circunstancia de que la brecha laboral en Navarra es la segunda mayor de España. De todos modos, los datos de la UGT resultan esta vez llamativos tanto por lo que dicen como por lo que no dicen.
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Las dos cosas más llamativas que no dice el informe es que ya no se dice que la mujeres cobren lo mismo por hacer lo mismo y tampoco se dice que la brecha salarial sólo exista en el sector privado.
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En cuanto a lo primero, si desaparece la premisa de que las mujeres cobran menos por hacer lo mismo, en realidad desaparece la supuesta injusticia y la opresión padecida. Por otro lado todos sabemos que es un mito que las mujeres cobren menos que los hombres por hacer lo mismo o no existiría el paro femenino. Ningún empresario del mundo pagaría más a un hombre pudiendo pagar menos a una mujer para que hiciera lo mismo. En cuanto a la segundo, no se menciona la brecha salarial en el sector público porque desmonta todo el discurso. Es decir, la brecha salarial en el sector público existe, sin embargo es imposible que exista la discriminación o que se pueda atribuir a que hombres y mujeres cobran diferente por el mismo trabajo. Los salarios de los funcionarios son públicos y están perfectamente regulados. No hay unos salarios distintos para los hombres y las mujeres en el sector público. La brecha existe porque no se cobra por lo mismo.
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Volviendo a lo que sí dice el informe de la UGT, las causas de la brecha se encuentran en situaciones como que el 96,73% de los permisos por maternidad correspondieron en 2019 a mujeres, el 90,90 % de las excedencias por cuidado de los hijos también fueron femeninas, y el 78,23% de las excedencias por cuidado de familiares recayeron en mujeres. Obviamente podemos cuestionarnos si esto debería ser así, si hasta cierto punto e razonable que sea así o si las mujeres actúan de este modo obligadas, pero ya no hablamos de que haya sueldos diferentes para hombres y mujeres por hacer lo mismo sino que la brecha viene explicada por otro tipo de cuestiones.
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Otro elemento, seguramente relacionado con lo anterior, es que los contratos temporales son en un 52% para mujeres, que acaparan los contratos a tiempo parcial, con un 74% del total, frente a sólo un 26% de parcialidad masculina.
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El informe también indica que el salario medio de la industria en Navarra, que mayoritariamente emplea a hombres, es de 30.783,23 euros anuales, mientras que en el sector Servicios, muy feminizado, es de 24.145,01 euros. Obviamente esto explica en parte la brecha salarial o que Navarra, comunidad con un sector industrial superior a la media nacional, sea la segunda con mayor brecha salarial. Pero, ¿cuál es la solución?, ¿obligar a las mujeres a que busquen más empleos en la industria y menos en los servicios? ¿Qué sería lo siguiente? ¿Impedir que pueda haber más de un 50% de alumnas en Derecho, Medicina o Magisterio para que haya más en Ingeniería?
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El análisis de la UGT concluye que según los últimos datos disponibles de la Encuesta de Estructura Salarial (2017) la brecha salarial por razón de género en Navarra es un 26,27%, lo que traducido a euros significa que la mujer ingresa de media de 7.800,53 euros menos al año. El problema es cómo llegamos a esa media.
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Como casi todo el mundo empieza a saber, es incorrecto calcular la brecha salarial tomando el promedio de lo que cobran todas las mujeres, el promedio de lo que cobran todos los hombres y calcular la diferencia. La brecha salarial consistiría en tomar lo que cobran todas las mujeres que trabajan como doctoras con un mismo contrato y compararlo con lo que cobran todos los hombres que trabajan como doctores con el mismo tipo de contrato. El problema es que cuando se hace el cálculo así la brecha salarial desaparece, no existe, es un mito político.
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http://navarra.ugt.org/noticias/noticias/diferentes-expresiones-desigualdad-mercado-laboral-13621.html
