Para empezar es preciso subrayar que el inicio de esta reflexión es una pregunta, no una afirmación: ¿Seria mejor no hacer ya nada respecto al coronavirus? ¿Y por qué hacerse semejante pregunta en este momento? La humanidad, porque seguramente ahora mismo resulta ingenuo reducir más el sujeto, se enfrente a una disyuntiva peligrosa respecto al coronavirus. Evidentemente para plantear el dilema no hace falta ser médico o un experto en pandemias, sólo usar un poco la lógica. Otra cosa es resolver el dilema, para eso sí que seguramente hace falta tener amplios conocimientos. Por eso nos limitamos a presentar el problema en forma de interrogante.
X
Al surgir el brote de coronavirus salta a la vista que la estrategia que se ha intentado poner en práctica ha sido la contención. A estas alturas parece bastante claro que la dictadura comunista China intentó tapar el asunto en sus primeras etapas. Cuando el brote ya no pudo ser disimulado se intentó aislarlo en la la zona de Wuhan, donde se estaban produciendo la mayoría de los contagios. Para ese momento, sin embargo, personas infectadas ya habían estado circulando por otras partes de China y del mundo. Los primeros infectados conocidos fuera de China pronto aparecieron en Japón y Corea del Sur. Allí donde aparecía un brote se intentaba la contención. La pregunta a estas alturas es si la contención ha fracasado y si, caso de ser así, no es mejor reconocerlo.
X
Tenemos 48 países en los que ya hay personas infectadas, por lo que la pregunta de si la contención ha fracasado tiene sentido. En Italia, por ejemplo, han aparecido de repente 470 infectados. Cuando usted lea esto ya serán más de 470. Cuando aparecen 1 ó 2 infectados puede que la propagación se pueda controlar, ¿pero es posible controlar nada cuando los infectados son ya 470 o cuando fuera de China se cuentan por miles?
x
Tomemos el caso de España. Ya tenemos 11 casos confirmados en Madrid, Cataluña, Canarias y Anadalucía. Estas 11 personas infectadas están ahora “monitorizadas”, pero ayer o hace una semana estaban comprando en el súper, subiendo en el ascensor con sus vecinos, saludando con un apretón de manos o un beso a sus conocidos, acudiendo a un bautizo, yendo al gimnasio… ¿Cuántas de las personas con las que esas 11 se han relacionado durante las últimas 2 semanas pueden estar infectadas? Y a su vez, ¿con cuántas personas se pueden haber relacionado todas las personas infectadas por esas 11 que aún ni saben que están infectadas pero engrosarán las estadísticas de las próximas semanas? ¿Cómo parar o controlar eso?
X
Desde luego el mejor escenario posible sería contener el virus y evitar su propagación, si es que eso es ya posible, ¿pero y si no lo es? Es decir, podemos suspender congresos, partidos de fútbol, conciertos… Podemos cerrar las fronteras con determinados países. Podemos poner en cuarentena hoteles y bloques de edificios, barrios, pueblos, ciudades enteras… El problema es que eso estrangulará la economía, la producción y distribución de productos, la prestación de servicios… Que las medidas de contención vayan a detener la progresión del virus es una posibilidad, pero que las medidas de contención afectarían a la economía es una absoluta seguridad. Cuando más duras y por tanto eficaces las medidas de contención, más afectarán la economía. No es fácil salir de esa ecuación.
X
La pregunta por consiguiente de si seria mejor no hacer ya nada respecto al coronavirus tiene que ver con este peligroso dilema. A los gobiernos les encanta levantar hospitales de campaña, sacar a pasear al ejército, montar controles y hacer ver que están haciendo cosas. No quieren que la gente piense que paga la mitad de su salario a un estado que no puede hacer nada para protegerlos. Creen que el miedo sólo puede mitigarse con medidas visibles. El problema es si todo eso sirve para algo o es contraproducente, si estamos comenzando a estrangular la economía siendo sin embargo ya tarde para tratar de contener la pandemia.
X
Sería muy osado pretender que ya ha pasado el momento de tratar de impedir la propagación del virus y que los controles, barreras y cuarentenas ya no tienen sentido. La cuestión, no obstante, es que puede llegar el momento en que esto sea así y que, llegados a ese punto, si llegamos, cuanto menos mantengamos levantadas barreras que ya no van a servir para nada y que además son contraproducentes mucho mejor. Eso sí, si todavía hay que apostar por la contención, entonces al menos que se lo tomen en serio y que lo hagan bien.
X
Hay quien como consecuencia de la posible crisis médica ya ha empezado a hablar de paradas en las fábricas, de desabastecimiento de ciertos productos (empezando por las mascarillas), de limitar por ley los precios de los productos escasos, de la militarización de la economía... Irónicamente en España tenemos un gobierno al que seguramente le encantaría hacer eso incluso sin virus. No hay ni un sólo caso en la historia de un país que no se haya ido al sumidero sistematizando ese tipo de políticas.
X
Llegados a cierto punto, para no arruinarnos además de no evitar enfermarnos, podría llegar el momento de asumir con resignación que a lo mejor vamos a tener que convivir con una nueva pandemia igual que ya convivimos con una pandemia como la gripe, que deja cada año en el mundo casi un millón de muertos, 15.000 de ellos en España. ¿Y qué hacemos respecto a eso? Básicamente nada, vivimos con ello sin preocuparnos demasiado. En general ni siquiera nos vacunamos. Tampoco hay mucho más que razonablemente pudiéramos hacer al respecto. No vamos por la calle con una escafandra. No dejamos de acudir a cines o restaurantes. Por eso mismo la gripe mata todo los años a un porcentaje de personas, pero siendo ese un daño terrible no produce ningún daño más. Pues a lo mejor hay que hacerse a la idea de que el futuro con el coronavirus va a ser o puede ser algo así, y que si no lo podemos contener por lo menos habrá que evitar paralizar el mundo y la economía por culpa del virus, para no añadir mal sobre el mal.
x
Naturalmente no somos quiénes para decir que ya ha pasado el momento, ojalá no llegue, pero si hemos pasado un punto de no retorno llegará ese momento en que ya no tengan sentido las medidas para intentar contenerlo.
X
x