Diversos medios se hacían eco ayer de las últimas cifras sobre el número de funcionarios en Navarra y en España. De este modo, en Navarra hay 38.134 funcionarios, de los que 26.511 corresponden al Gobierno foral y el resto al gobierno central. Según los datos del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, en el conjunto de España hay 2.595.575 funcionarios.
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Al margen de estos guarismos, las noticia nos impulsó a consultar en el INE la cantidad de empleados púbicos que hay en Navarra y en España, y más allá de eso la evolución que esas cifras han experimentado en el tiempo. He aquí los resultados:
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Como puede apreciarse, alguna de las conclusiones que podrían extraerse de los datos son que el número de empleados públicos (a diferencia del de empleados del sector privado) no ha bajado respecto al pico de la burbuja económica en 2007. Por el contrario, en España hay 283.000 empleados públicos más que en 2007. La situación es si cabe más acusada en Navarra, donde tenemos 13.200 empleados públicos más que en 2007. La crisis ha servido para que el sector privado haga dieta, pero no para que la haga el sector público. Entre que hay más asalariados públicos que en 2007 y menos asalariados privados, salta a la vista también que el esfuerzo de los asalariados del sector privado para mantener a los asalariados del sector público es ahora mayor que antes de la crisis. Y si todo esto invita a pensar en un cierto desbarajuste y un apreciable desequilibrio (que pese al mayor esfuerzo fiscal del sector privado se manifiesta en el persistente déficit público), la gran pregunta es qué pasará cuando volvamos a entrar en crisis con toda esta estructura de gasto de personal que es muy fácil hacer crecer en tiempos de bonanza, pero muy difícil de reducir cuando llegan las vacas flacas. Y si ya en la crisis anterior el estado estuvo a punto de quebrar con una plantilla mucho menor, ¿qué hemos aprendido de la crisis y qué podría pasar ahora?
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Como la solución a las crisis futuras será feminista o no será, y como resulta impertinente realizar un análisis cualquiera sin perspectiva de género, el cuadro anterior también evidencia una interesante cuestión, y es que frente a los 20.500 empleados públicos masculinos que hay en Navarra, existen 31.500 empleadas públicas femeninas. O sea, hay un 50% más de mujeres que de hombres en la plantilla del sector público. ¿Cómo vamos a cerrar esta brecha tan injusta? ¿Habrá que hacer unas oposiciones más fáciles para los hombres como para las bomberas? ¿Habrá que imponer una cuota mínima de hombres por ley en nombre de la igualdad? ¿O reventará todo en la próxima crisis cayéndonos a todos por igual los cascotes del mastodonte estatal?
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