Adriana Lastra fue la encargada ayer de hacer pública la intención del nuevo gobierno de tipificar como delito en el Código Penal la apología y exaltación del franquismo: “reformaremos el Código Penal para que la apología y la exaltación del franquismo sean al fin un delito”. Lastra remató el anuncio señalando que “en democracia no se homenajea ni a dictadores ni a tiranos”.
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Contra lo que pudiera pensarse, en la prensa de la izquierda el anuncio del PSOE no ha sido recibido con una oleada de entusiasmo. Hasta medios con un posicionamiento inequívoco como El País o Publico expresan claramente sus inquietudes al respecto:
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Lo cierto es que a estas alturas cabe preguntarse abiertamente sobre la necesidad de tipificar como delito la apología o la exaltación del franquismo. Es decir, ¿existe una oleada de actos de exaltación o de apología del franquismo? ¿Hay desfiles por las calles de multitudes cantando el Cara al Sol y portando fotos de Franco? Aparte de cuatro nostálgicos, ¿quién hace hoy apología o exaltación del franquismo? ¿Qué necesidad existe entonces de crear ahora esa figura delictiva?
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Si no es para combatir la exaltación del franquismo, puesto que prácticamente nadie exalta ya a Franco, la duda razonable es si se trata de reformar el Código Penal para perseguir penalmente no ya al que que exalte el franquismo, sino a todo aquel que por ejemplo recuerde que la izquierda en el 36 no luchaba por la libertad y la democracia, sino por la dictadura del proletariado y por instaurar un régimen como el de la URSS. ¿Es recordar todo esto lo que el PSOE y Podemos quieren convertir en delito?
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Hablando de Podemos, resulta irónico que Lastra afirme para justificar su reforma penal que “en democracia no se homenajea ni a dictadores ni a tiranos”. Lo dice cuando, aplicando este criterio, la mitad del actual gobierno de centristas moderados debería estar en la cárcel por exaltar y homenajear a tiranos.
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Ante este tipo de situaciones cabe preguntarse si o bien los líderes de la izquierda profesan un cinismo infinito, o si es que realmente no son capaces de ver las contradicciones en las que incurren y su pensamiento es tan ultra y tan peligroso que sólo llaman dictaduras o las dictaduras de derechas, y cuando la izquierda practica la persecución y eliminación de quienes no piensan como ella, a eso lo llaman depuración de la democracia.
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Lastra también expresó el compromiso de enterrar a todas las personas represaliadas que permanecen en las cunetas lo que en realidad es algo que está muy bien, pero sobre lo que también cabría hacerse algunas preguntas. En Navarra, por ejemplo, la izquierda lleva 5 años gobernando. Si aún hay personas en las cunetas, será porque la izquierda quiere que las siga habiendo. Es decir, si en 5 años de gobierno ultraprogresista no has sacado a todo el mundo de las cunetas, o no quieres o no puedes. Si no puedes, deja de usar a los muertos. Si no quieres, eres un miserable. Sobre todo tú, que dejas en las cunetas a la que se supone que era tu propia gente.
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Por supuesto de los ongi etorris a los etarras nada de nada. No hay multitudes de franquistas manifestándose con fotos de Franco pero sí manifestándose con fotos de asesinos de ETA. Pero como la izquierda abertzale forma ahora parte del consorcio gubernamental la única tiranía contra la que hay consenso para luchar en este gobierno es la de Franco, aunque sea un régimen extinto hace décadas. En realidad es llamativo que en el mundo actual no haya ya ninguna dictadura de derechas y sólo queden dictaduras de izquierdas. Tal vez por eso cuando la izquierda quiere luchar contra la dictadura prefiere buscar dictaduras derechistas pasadas que dictaduras izquierdistas actuales. El 99% de los españoles que piensan todavía alguna vez en Franco son todos de extrema izquierda. Si no fuera por la extrema izquierda, nadie hablaría nunca de Franco. Franco es un personaje gracias a la extrema izquierda. De hecho es posible que Franco para muchos españoles ya no sea sobre todo un dictador pasado, sino el tipo ese de la historia al que la izquierda recurre cada vez que quiere tapar algo o desviar el debate político. En el fondo es hacerle un favor a Franco. O sea, casi un delito.
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3 respuestas
Los socialistas siempre han sido más tiranos y criminales que Franco, menos mal que perdieron la guerra civil. Lo escribo ahora, antes de salga la ley y sea delito dar esa opinión
Cuando Adriana Lastra nació, Franco llevaba muerto casi 4 años y ya habíamos aprobado nuestra Constitución. Que se deje de tanta demagogia, si es que puede y sabe hacer alguna otra cosa.
Y por cierto, aunque sólo sea por defender la libertad de expresión casi dan ganas de gritar ¡Viva Franco!
Para disimular su despotismo se presenta como si estuviera defendiendo la democracia, cuando lo que pretende es justamente demolerla por completo.