Al igual que en otros casos, como la Autovía del Norte o pantano de Itoiz, los promotores de la protesta están vinculados a grupos políticos de izquierda, ecologistas y al nacionalismo vasco radical.La denominada Asamblea contra el TAV acaba de publicar un informe sobre el coste económico y el impacto medioambiental de la posible obra. A partir de las previsiones oficiales, este grupo afirma que el coste de la infraestructura sería de unos 3.150 millones de euros. La Asamblea señala que esta cifra es el doble de lo que inicialmente presupuestaron los técnicos del Ministerio de Fomento y que supondrá un gran esfuerzo para los Presupuestos de Navarra, a pesar de que el Estado también participe. Critican que la obra supondrá importantes desmontes y corrimientos de tierra, así como la construcción de varios túneles en parajes naturales de valor, que repercutirían negativamente en el medio ambiente. Han calculado que será necesario un movimiento de unos 35 millones de metros cúbicos de tierra. El colectivo también piensa que no es deseable que la nueva infraestructura ferroviaria sólo sirva para unir grandes núcleos de población, porque a su juicio influirá en un mayor declive del mundo rural. El informe analiza el recorrido y las posibles alternativas del trazado, tanto las que llegan desde el sur de Navarra como las que conectarán el AVE de la Comunidad Foral con la Y Vasca. Queda la duda sobre si el informe se realiza con una legítima visión técnica o, como siempre, está al servicio de la desestabilización política y la poco constructiva retórica antisistema.