Como era de temer la política fiscal y la aprobación de los Presupuestos de Navarra han sido el escenario de la primera acción de gobierno importante y por ello reveladora de los mecanismos y preferencias de este ejecutivo respaldado por sólo 23 diputados de 50.
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Para formar una mayoría suficiente, el camino habitual hubiera pasado por elegir entre pactar con Navarra Suma o pactar con Bildu. Eran las dos formas de superar la frontera de los 26 diputados otorgando trazabilidad a la acción de gobierno, para aprobar los Presupuestos o cualquier otra cosa del acuerdo que se hubiera pactado.
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Por el contrario, el PSN y Geroa han apostado por quedarse con sus 23 diputados y no pactar con nadie, pero ir presentando proyectos que o bien Bildu, o bien Navarra Suma, no tengan más remedio que apoyar para no desconcertar a sus propios electores. O esa venía a ser la idea de la teoría del balancín.
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En la negociación de la política fiscal hemos visto la teoría del balancín en acción y podría concluirse que el resultado para Navarra Suma es más devastador incluso de lo que podría haberse pensado.
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El ejecutivo presentó 3 medidas fiscales que incluían una deflactación del IRPF, una especie de apaño con el IRPF de las madres navarras y la supresión del impuesto sobre el patrimonio empresarial. Estas 3 medidas no es ya que sólo contaran con 23 apoyos de 50, sino que ni siquiera IE y Podemos estaban de acuerdo con PSN y Geroa. Pues bien, gracias al balancín estas 3 medidas van a salir adelante, como querían PSN y Geroa, aunque Bildu, Podemos e IE voten en contra.
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Por otra parte, el PSN ha alcanzado un acuerdo fiscal con Bildu por el que los socialistas aceptan algunas de las medidas exigidas por la izquierda abertzale, la más sustancial de ellas que las grandes empresas podrán compensar menos pérdidas en el Impuesto de Sociedades. La compensación de pérdidas consiste en pensar si, por ejemplo, una empresa que los años pares ganara 1 millón y los impares perdiera 1 millón, ¿estaría ganando algo?
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En términos políticos, sin embargo, lo que interesa destacar es que el PSN y Geroa se las van a apañar para sacar adelante sus Presupuestos y todas sus medidas, sin tener que renunciar apenas a nada, gracias a la teoría del balancín.
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Bildu ha conseguido que, en vez de hacerle el balancín, le ofrezcan un acuerdo e incluir en él algunas medidas propias a cambio de su apoyo.
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A Navarra Suma, en cambio, no se le ha ofrecido ningún acuerdo, nadie ha renunciado a nada para darle algo a Navarra Suma y las cosas aprobadas con el voto o la abstención de Navarra Suma son cosas que salen adelante no porque las quería Navarra Suma, sino porque también las querían PSN o Geroa. Por tanto a Navarra Suma le hacen el balancín puro y duro, le excluyen de los pactos, no le dan nada que los otros no quisieran y sólo le dan algunas cosas sólo porque las querían PSN y Geroa.
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Además, en cierto sentido, el gobierno puede argumentar que Navarra Suma no puede criticar demasiado sus políticas porque en parte las apoya, que no hay apartheid a Navarra Suma porque algunas medidas se aprueban con la colaboración de Navarra Suma, y que apoyarse en Bildu es aceptable ya que este gobierno es tan plural y dialogante que busca apoyo en todos los ámbitos incluyendo a Bildu y Navarra Suma, sin excluir a nadie.
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El escenario es catastrófico para Navarra Suma pero aún empeora si consideramos que, en realidad, a diferencia de todos los demás participantes de la partida, tampoco saca nada exclusivo de su programa a cambio de este escenario diabólico en el que por una parte es oposición, pero por otra también es balancín en que se apoya la mecedora de María Chivite.
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La teoría del balancín va a superar su primera prueba de fuego y no es una buena noticia. Hay dos formas en que Navarra Suma puede dar un vuelco a la situación política y es o primero por un cambio en la política del pactos del PSN, por las tensiones con sus socios, o segundo consiguiendo la mayoría absoluta en las próximas elecciones forales. En la medida en que el balancín le funcione bien a Chivite, mal para el objetivo primero y tampoco está claro que bueno para el segundo.
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