El pasado lunes 25 decidimos poner a prueba el famoso black friday publicando los precios a esa fecha de una serie de productos al azar de las webs de Amazon y Mediamarkt. El objeto del experimento era ver si el viernes los precios eran más baratos, los mismos… o más caros. También se trataba de comprobar si el black friday se notaba en todos los artículos seleccionados, sólo en algunos… o incluso en ninguno. Pues bien, ya estamos a lunes 2 (por cierto “cibermonday”) y tenemos los resultados de lo que pasó.
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Como puede apreciarse, de los 24 artículos que podríamos haber tenido en nuestra lista de la compra:
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- 12 tenían el mismo precio el viernes que el lunes.
- 1 producto se agotó casi de inmediato y no pudimos conocer el precio.
- 2 productos desaparecieron. Para ser precisos, dejaron de ser vendidos directamente por Amazon (como todo el resto de productos de esta empresa que metimos en la lista inicial) y pasaron a ser ofrecidos por un tercero.
- 1 producto (las botas) subió de precio.
- 4 productos bajaron insignificantemente de precio (menos de un 4%)
- 2 productos bajaron fuertemente de precio (un 26% la cafetera superautomática y un 29% la Play Station).
- 2 productos bajaron moderadamente (un 12% el móvil Huawei P20pro y un 7,5% la tablet de Samsung)
- De los 4 productos más rebajados, 3 eran de Mediamarkt y 1 de Amazon. Los 2 más rebajados eran de Mediamarkt.
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Desde luego no pretendemos otorgar una validez científica a este muestreo pero estos son los resultados, unos resultados que no sabíamos cómo iban a ser. En cuanto a las conclusiones, parece claro que para la mayoría de los productos que figuraban en la lista el “viernes negro” pasó sin pena ni gloria y en realidad sólo en 2 de los 24 hubo descensos de precios verdaderamente notables.
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No podemos decir sin más que el “black friday”, al menos para nuestra lista, ha sido un completo “bluff”. Es posible que haya habido buenas ofertas pero que no estaban en nuestra lista. Eso nos llevaría, por otro lado, a confimrar que se ofrecen grandes descuentos en algunos productos de los que el vendedor quiere deshacerse más que en los que nosotros queremos comprar, y que esas grandes ofertas pueden representar un pequeño porcentaje del catálogo total de productos. Sí que existen, no obstante, algunos productos de la lista, siquiera una pequeña parte, que pudiera haber sido interesante comprar. O sea, si usted quería comprarse específicamente una Play Station, el viernes pudo hacer una gran compra. Ahora bien, constantemente hay ofertas, días sin IVA, rebajas y ocasiones diversas a lo largo del año en que también surgen descuentos igual de interesantes o más que el “black friday”. En definitiva, parece recomendable no aterrizar en un establecimiento o en una web el “black friday” sin haber realizado con cierta antelación un reconocimiento de los precios de los productos que nos podrían interesar. Lo que hay que mirar al final parece bastante obvio que es el precio de la compra, no el día de la compra. No hay un buen día para comprar sino un buen precio para comprar. Y también se puede no comprar nada y dedicar a la música, la charla, el paseo o la lectura todo ese tiempo invertido en ver productos y comparar precios, salvo auténtica necesidad. Porque puede también que el mayor ahorro que uno hace es la cosa innecesaria que no compra y no la cosa innecesaria que compra rebajada, y que por lo visto a lo mejor ni eso.
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