¿Humillarán los nacionalistas a Chivite una vez más obligándola a recurrir la sentencia contra el decreto del euskera?

“Lo que tenga que decir Geroa Bai, que lo diga Geroa Bai. Nosotros, como partido, lo decimos claramente: no cabe recurso a una sentencia que es clara. Hacer un recurso ante el mismo tribunal no es de recibo, cuando además nosotros ya defendíamos los mismos argumentos que ha sentenciado el TSJN”. Estas eran las palabras que pronunciaba Alzórriz, como portavoz socialista en el Parlamento, el martes al publicarse la sentencia anulando algunas de las partes más sustanciales del decreto foral que regula el uso del vascuence en la administración.

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Ayer sin embargo el todo del PSN había cambiado. Del rechazo de Alzórriz a presentar recurso contra la sentencia, subrayando incluso que no era de recibo presentarlo, pasábamos en menos de 24 horas a un nuevo discurso totalmente distinto. Así, el vicepresidente y portavoz Javier Ramírez, preguntado sobre esta misma cuestión de si el gobierno presentaría recurso contra la sentencia, indicaba que «Estamos en el momento de análisis técnico y riguroso por parte de los servicios jurídicos del Gobierno y con las conclusiones tomaremos las acciones concretas, eso es lo que la ciudadanía espera de este Gobierno, actuar con rigor, sensatez y profesionalidad«, añadiendo que se están analizando todos los escenarios posibles. Oír hablar a Ramírez de informes técnicos, por otro lado, produce escalofríos a pocos días de que él mismo reconociera que los informes técnicos son apenas el resultado escasamente adornado de comprobar si algo coincide o no con el programa de gobierno del PSN y sus socios.

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Nos encontramos por tanto ante los primeros síntomas claros de que, como con la devolución del IRPF a las madres navarras o con la invitación al Premio Príncipe de Viana, el PSN amaga una posición y Geroa le rectifica, recordándole quién manda en realidad. El papel de Chivite de momento, efectivamente, se limita a ir a cuestiones como acudir a la celebración del Día de la Policía Nacional, que está muy bien, pero es que sus socios le han dejado lo simbólico (y ni siquiera todo lo simbólico) y se han quedado con todas las políticas reales.

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No se puede considerar una victoria que se inocule todo el nacionalismo que permite la ley y ni una pizca menos

Seamos sinceros, al PSN seguramente le habría venido muy bien que el TSJN validara todos los puntos del decreto foral sobre el uso del vascuence en la cosa pública. Daban la impresión los portavoces socialistas de que delegaban en el TSJN lo que había que hacer con la norma. Si el TSJN hubiera dicho que todo era legal, se la hubieran comido con patatas. Y en este sentido se está cayendo en un cierto error al celebrar excesivamente que el TSJN haya señalado todos los apartados ilegales del decreto. Como si todos los contenidos de corte nacionalista que no fueran ilegales (que era la tesis del PSN) hubiera que aceptarlos.

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Dentro de la ley, como es lógico, caben muchos grados de nacionalismo, lo que pasa es que los nacionalistas meten todo el nacionalismo que permite la ley y después desbordan la ley y meten todavía mas nacionalismo. Es por ello que cuando los tribunales anulan la parte que excedía la legalidad, nos puede dar la falsa impresión de que la dosis correcta y adecuada de nacionalismo es todo el nacionalismo que quepa en la ley, cuando dentro de la ley cabria también muchísimo menos nacionalismo que el que la ley permite, o incluso nada de nacionalismo, que seguramente seria lo ideal. No vayamos por tanto a celebrar en exceso quedarnos con una norma (esta o cualquier otra) que incluye todo el nacionalismo y ni una pizca menos del que cabe dentro de la legalidad.

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