El senador autonómico es un cargo que se ha visto sometido a una cierta disputa en los últimos tiempos, en el marco del reparto de puestos al que estamos asistiendo entre los diversos socios del nuevo cuatripartito.
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En la pelea por hacerse con la designación para el cargo de senador autonómico, Geroa Bai se ha llevado el gato al agua con un apreciable disgusto de IE, que aspiraba para sí este ilustre sillón.
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Recordemos que el Senado lo componen, por un lado, los senadores que votamos los ciudadanos en las listas de las Elecciones Generales, en las papeletas de color asalmonado que introducimos en la urna al lado de la urna con las papeletas blancas para el Congreso. Sin embargo, no todos los senadores son nombrados por este procedimiento directo, sino que un cierto numero adicional de ellos son elegidos por los respectivos parlamentos autonómicos, uno por cada parlamento autonómico y otro por cada millón de habitantes que viva en cada autonomía. Es decir, que el Parlamento de Navarra puede designar 1 senador y este es el cargo en disputa del que estamos hablando.
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La noticia al respecto es que durante algunas semanas el nombre que se estaba barajando para ocupar el puesto de senadora autonómica por Navarra era el de Uxue Barcos. Puede sonar bien, pero de hecho era una auténtica lápida política sobre la figura de la expresidenta. En realidad, aunque de lujo, el Senado y el Parlamento Europeo son un tradicional cementerio de elefantes que, lejos de constituir un premio, constituyen más bien el lugar al que se envía a los dirigentes cuando no se sabe ya qué hacer con ellos o se convierten en un estorbo.
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Finalmente Barcos se ha librado de ser premiada por los servicios prestados con este cargo, lo que no necesariamente quiere decir que no se haya convertido en un jarrón chino al que habrá que buscarle alguna salida digna. Huelga decir que este tipo de salidas no se las buscan a los líderes políticos sus rivales, sino sus propios compañeros bienamados.
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Significativamente, el nombre que ahora se está barajando como senador autonómico es el de Koldo Martínez.
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Tratándose de un médico y más con su ideología, en su caso más que de cementerio de elefantes podríamos quizá hablar de sedación terminal o eutanasia política. Aunque a lo mejor nos encontramos con que el paciente se niega a aceptar su nueva condición de jarrón chino merecedor de una muerte digna.
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Otro símil útil para el caso podría ser el de la película El Padrino, concretamente aquel en el que don Vito Corleone le advierte a Michael en medio de una guerra de familias que el que le proponga ser senador autonómico, ése es el traidor. En realidad en la traducción de los años 70 se habla de que el traidor es el que se ofrezca como intermediador para una reunión, pero en una actualización de 2019 el traidor sería claramente el relator o el que ofreciera un puesto de senador.
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