Comenzó, por lo que he leído, prometiendo ser una fiesta popular, aprovechando la costumbre moderna de las carreras deportivas, recorriendo ciudades y pueblos, en apoyo de la lengua vasca, que ha ido desapareciendo de la mitad de Navarra en estos dos últimos siglos.
Y lo que así comenzó ha terminado siendo un acto de propaganda más del Cuatripartito, de los partidos nacionalistas y separatistas, de Euskalherria como patria única de los vascos.
Un nuevo engaño, una nueva mentira, una nueva trampa para incautos y menores de edad.
Hasta a mi pueblo, donde quedan aún dos familias de habla vasca, haciendo propaganda electoral de Bildu.
Comenzaron, como he leído también, hablando de “la lengua de los navarros”, que dijo no sé quién ni no sé cuándo, tampoco ellos lo saben, y ahora va y resulta que la Korrika se ha convertido en la procesión de la lengua vasca, de Euskalherria y de la ikurriña, la bandera de la Comunidad Autónoma Vasca.
Pero, además, como ha escrito María Caballero, la Korrika, a su paso por Pamplona, y encabezada por el alcalde Asirón, ejecutivo de Bildu, la Korrika ha sido un desfile de políticos del Cuatripartito y de fotos de etarras, de miembros de ETA, de asesinos de ETA, que mataron a su padre y al subteniente Casanova.
Ni siquiera la presidenta Barcos ha protestado. Ni la presidenta Aznárez. Ni ninguno de los muchos ayuntamientos que subvencionan la Korrika.
La Korrika… la trampika. Una trampa más.