No cabe duda de que Prescott, durante su conferencia en la jornada organizada por Viálogos, dijo cosas interesantes y políticamente incorrectas. Por ejemplo, criticó que se esté intentando salir de la crisis mediante un aumento del gasto. El Nobel de economía aseguró que “no hay ejemplos de que el aumento del gasto haya estimulado el consumo de los hogares: gastar más no va a funcionar”. Por el contrario, se mostró favorable a una bajada de impuestos. Prescott se mostró en general contrario a la proliferación de las subvenciones y, tomando como ejemplo el caso de los EEUU (donde los estados se gastan lo que recaudan), también recomendó para España “dar más poder a las comunidades autónomas, que son las que deberían recoger los impuestos y gastarlos”.
La crisis, en el caso de España, puede convertirse en depresión.
Sin embargo, Prescott siguió hablando en otros foros aparte del de Pamplona, donde emitió opiniones todavía más controvertidas. Así, según recogía una entrevista en Expansión, Prescott diagnosticó que España no se encuentra en recesión, sino ante una auténtica depresión. El Nobel estadounidense quiso poner de manifiesto que “si gastas más, tienes que pagar por ello”, asegurando que “subir impuestos deprime la economía, porque en los países con tipos marginales más altos la gente trabaja mucho menos”. Prescott cerró esta afirmación asegurando que “es un patrón uniforme en cada país que he estudiado”. Prescott recetó a España para salir de la crisis con rapidez “la flexibilización del mercado laboral”, el fomento de “la actividad emprendedora”, y “bajar los impuestos”. Más o menos todo lo contrario de lo que está haciendo el gobierno de España.
Contra el cambio climático.
Sin perder el resuello, este Nobel heterodoxo dio un paso más allá cuestionando incluso el cambio climático como detonante de una futura crisis. Prescott señaló audazmente la evidencia de que “con el CO2 hay mucho burócrata que obtiene recursos de los gobiernos”.
