Javier Lorente Doria publicaba ayer un artículo en eldiario.es titulado “Los fachas”, interesante por sí mismo, pero premiado a su vez con un «me gusta» de María Chivite, para añadir una pizca de azafrán al asunto.
X
La tesis del artículo es que se ha bastardeado tanto el uso del término “facha” (fascista, en la tercera acepción de la RAE) que, cuando llegan los fachas de verdad, el calificativo ha perdido su eficacia: “Fascismo, nazismo o los 40 años de terror, pistolas y cócteles molotov son conceptos lo suficientemente serios como para que hagamos bromas con ellos. Utilizarlos constantemente para referirse al que no piensa como uno acaba banalizándolos y, por tanto, los convierte en algo trivial y común”. Haber abusado durante tanto tiempo del calificativo “fascista” tiene ahora el peligro, señala el periodista, de que cuando venga el lobo de verdad, “como puede ocurrir en algunos personajes que surgen ahora”, entonces “sea demasiado tarde para salvar las ovejas”.
X
Las feminazis no son nazis
Podría pensarse que Lorente dirige sus reproches exclusivamente a la izquierda, pero también recrimina a los líderes de VOX por la utilización del término “feminazi”. El periodista de la SER señala que “a día de hoy no he escuchado a ninguna feminista abogar por la eliminación física de los hombres a modo de la “solución final”, y lo piden es sólo “la equiparación real entre las dos mitades de la sociedad o un sistema judicial y de seguridad que logre que un 50 por ciento de nuestra ciudadanía se pueda tomar unas cervezas y volver a casa con la misma tranquilidad que el otro 50 por ciento”.
X
De los 8 millones de votantes del PP, Lorente conoce alguno que no es fascista
En lo que se refiere al PP, dice el periodista que hay declaraciones de Pablo Casado, como su reciente propuesta de derogar la ley del aborto para poder tener pensiones, que “recuerdan a la exitosa serie El cuento de la criada”, en la que las mujeres son meros instrumentos de reproducción. O que en la concentración de Colón, Casado afirmó algo tan inquietante como que “no podemos seguir integrando a quienes quieren desintegrarnos”, en referencia a los independentistas. No obstante lo cual, Lorente niega que “los casi 8 millones de personas que en 2016 votaron al PP sean unos fascistas”, ya que conoce “muchas personas que de buena fe creen en las recetas económicas, sociales y morales de la derecha”, personas que se han jugado la vida por esas siglas y que el PP, “pese a engendros como la Ley Mordaza”, no ha convertido España “en un estado totalitario”.
X
VOX centra al PP
El artículo de Lorente, por todo lo expuesto, viene a confirmar la tesis de que al PP le ha venido muy bien el surgimiento de VOX, puesto que lo ha centrado. El artículo del periodista de la SER, sin embargo, no parece explicarse tanto por una súbita inquietud por defender al PP de la injusta acusación de ser un partido fascista, sino por la necesidad de lanzar ahora esa acusación con eficacia contra VOX, el nuevo actor en el campo de juego político. ¿Es justo acusar de fascismo o VOX? Siguiendo la cadena lógica lo sabremos cuando se presente a las elecciones un partido nazi de verdad.
X
La verdad, por el contrario, es que resulta curioso ver los ejemplos que ha elegido Lorente para indicar que el PP no es un partido fascista pero casi: el aborto y la dureza con los separatistas. ¿Qué es ser duro con unos golpistas? ¿Pedir que se les aplique la ley? ¿Aplicarles el mismo cordón sanitario que parece sugerirse para VOX? ¿Qué es ser demasiado duro con un tipo que roba 1 millón de euros? ¿Meterlo en la cárcel y reclamarle el millón de euros en vez de dejar que se marque con la mitad? Y si hablamos del aborto y el nazismo, cabría recordar que con los nazis el aborto estaba permitido en el caso de los judíos. Resulta bastante curioso que el progreso consista en universalizar la política nazi respecto al aborto en vez de proteger a todos los niños. Por supuesto, ya que ha sido traído a colación el feminismo, el 50% de los abortados son niñas, cosa que se puede saber ya en la octava semana de embarazo y por tanto mucho antes de la 14 hasta la que se puede abortar en primera instancia o de la 22 en segunda. Por no mencionar que el corazón del niño o niña indeseado a elimiar ya late a la sexta semana. Pero al menos en esto el aborto si es igualitario en el mal.
X
Continuando con las alusiones al feminismo, puede que Lorente no conozca a ninguna feminista que pida el exterminio de los hombres, pero seguramente eso es porque no ha leído ninguna biografía de Andy Warhol, al que en 1968 le metió varios tiros una feminista llamada Valeria Solanas, autora de un manifiesto para el exterminio de los hombres. No se trata de generalizar, pero claro que existe un discurso de odio hacia los hombres. ¿O es exagerado decir eso y no es exagerado inducir a creer en la maldad y peligrosisdad intrínseca del género masculino o a decir que celebrar el Día del Hombre sería como celebrar el Día del Terrorista?
X
Más aún, eso de reclamar la equiparación real entre las dos mitades de la sociedad y que el 50% de nuestra ciudadanía se pueda tomar unas cervezas y volver a casa con la misma tranquilidad que el otro 50% no es lo que reclaman las feministas: eso lo reclama todo el mundo. ¿Quién no defiende eso? Lo que sucede es que, en nombre de eso, las feministas exigen derogar la presunción de inocencia al 50% de las personas. O que en nombre de la discriminación positiva a los aspirantes a un puesto se les juzgue por su género. O que para conseguir un mismo trabajo haya un baremo para los hombres y otro más bajo para las mujeres. O que matar a una mujer tenga más pena que matar a un hombre, siempre que no la mate otra mujer, o que la mujer está más protegida que los niños, los discapacitados o los ancianos.
X
En realidad, ¿por qué estamos discutiendo siquiera todo esto? ¿Discutir la ideología de género es nazismo? ¿O eres feminista o eres nazi? ¿La defensa de qué apartado exactamente de la llamada Ley Mordaza te convierte en un nazi? ¿El de que no se puedan publicar en las redes sociales los datos personales de un policía? ¿El de castigar a quien apunte a un avión con un puntero láser estorbando la visión del piloto? ¿El de multar a quien corte una vía pública con contenedores o neumáticos ardiendo porque los sindicatos dicen que sancionar eso es un atentado contra el derecho de huelga, demostrando el particular sentido del derecho de huelga que tienen los sindicatos?
X
Más allá de todo esto que se podría contestar al artículo de Lorente, hay otra serie de cuestiones que merece la pena traer a colación en relación a este debate.
X
A cualquier cosa llamamos fascista, pero también progresista
En primer lugar que lo que quizá interesa también revisar es a qué llamamos progresista, ya que ahora llamamos progresista a cualquier cosa y es un concepto que también se está banalizando y perdiendo bastante su sentido. Progresista es la política que hace que la gente viva mejor y mas libre. Los países más progresistas son por tanto aquellos en que la gente vive mejor y más libre. Ninguno de esos países es comunista. En ninguno de esos países falta libertad de mercado, seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada y reconocimiento de los derechos fundamentales de la persona. Casi todos ellos han tenido cuentas equilibradas para llegar done están, o las tendrán que tener para mantenerse. Casi todos ellos tienen políticas fiscales competitivas para las empresas. Muchos de ellos no tienen salario mínimo o tienen despido libre… El socialismo real es casi todo lo contrario de eso. Sin embargo, en España consideramos más progresista a una formación política cuanto más toma como modelo países en los que no hay libertad ni prosperidad, pero gobierna la extrema izquierda. En otro sentido también paradójico progresista es todo aquel que se opone al progreso ya sea en forma de pantanos, autovías, tendidos eléctricos, trenes de alta velocidad, antenas de telefonía, energía nuclear, vacunas…
X
Fascista es todo aquel que no apoye a Pedro Sánchez
En segundo lugar, resulta llamativo que María Chivite le aplique un «me gusta» al artículo de Dorente contra la banalización del fascismo cuando, cuestión de días antes, su partido ha estado viniendo a llamar fascistas a todos aquellos que se manifestaban contra la política de Pedro Sánchez. ¿Son fascistas todos los que están a la derecha de Pedro Sánchez o estaba el PSOE banalizando el fascismo? Podríamos citar también a Bildu, para el que fascismo es todo aquello que está a la derecha de ETA, y a Podemos, para el que fascismo es todo lo que está a la derecha de Bildu.
X
Donde hoy sí hay líderes políticos con referentes totalitarios es en la izquierda
En tercer lugar, está por encontrarse una foto o una declaración de alguno de los principales líderes del centro derecha manifestando su apoyo a un régimen totalitario o a un líder genocida, mientras que en la izquierda es común el apoyo de sus líderes a regímenes como el cubano o la propia URSS. No es ya que no todo a la derecha sea lobo, sino que a lo mejor el lobo ni siquiera está a la derecha, lo que nos lleva al siguiente punto.
x
X
La falsa superioridad moral de la izquierda
En cuarto lugar, ¿quién es la izquierda para erigirse en juez de si la derecha es o no fascista? ¿Por qué hay que aceptar que el certificado de demócrata lo de la izquierda? ¿Por qué la izquierda no tiene que revisar su pasado igual que la derecha y justificar igual que la derecha su carácter democrático? Las peores dictaduras del siglo XX han sido de izquierdas. Ya puestos, de hecho, el fascismo y el nazismo son movimientos de izquierda. El partido nazi de Hitler se definía como un partido socialista y trabajador. No sólo es que se autocalificara así, es que cualquiera que se haya leído el programa del NSDAP sabe que se trata de un programa de izquierdas. Un comunista está muchísimo más cerca del nazismo que un libertario. Creer que un nazi y un comunista están en las antípodas es como creer que Laura Pérez y Ainhoa Aznárez están en las antípodas sólo porque se pelean entre ellas.
X
Ser de izquierdas o de derechas es otra cosa que ser bueno o demócrata
Por último, remedando a Lorente Doria, bien es cierto que hay millones de personas que votan a la izquierda que son estupendas personas que de buena fe, pese a los resultados prácticos, creen en las recetas económicas, sociales y morales de la izquierda. Conocemos personas de izquierdas que se han jugado el pellejo por defender sus siglas y que han gobernado España con mejor o peor fortuna y talante durante años y, pese a engendros legales diversos, no la han convertido en un estado totalitario. Todo pecadores por tanto. Todos hermanos.
X
x
https://www.eldiario.es/norte/navarra/contrapunto/fachas_6_866923333.html
Un comentario
Pero el padre de Lorente no era de UPN??
Es un buen periodista en términos generales, pero tendente al bienquedismo