Quienes fuimos al colegio sin saber qué eran las microondas o los megabites no salimos ahora de nuestro asombro. Es verdad que se veía venir porque todo esto ha ido llegando paso a paso, en una secuencia lógica. Un invento ha sucedido a otro invento, la digitalización de las cosas, el ordenador, la imagen en la pantalla, la red de ordenadores, la transferencia de datos, internet, el buscador, etc. Y de pronto un día nos encontramos paseando virtualmente por la calle estafeta, y la contemplamos tal cual, disecada en un luminoso día de mayo, en vistas imposibles de 360 grados. ¿Qué será lo siguiente? ¿Por qué será que no dudamos que habrá un siguiente paso, aún más asombroso? ¡Quién sabe a dónde iremos a parar! Lo curioso es que hayamos cogido este vicio de inventar sin saber para qué. Espero que alguien tenga tiempo de pensarlo y que nos diga, por ejemplo, para qué puede servir eso de la street view.
Jerónimo Erro