La incompetencia de Beaumont

Hace unos días, en realidad incluso antes del último desalojo de okupas del Palacio Razalejos, Beaumont era interrogada por la prensa respecto a unas declaraciones de Bildu, criticando a la Policía Foral y señalando que “la policía bajo el mando del Gobierno del cambio no puede amenazar, insultar ni golpear a la gente”.

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Beaumont se refirió a estas palabras y a los incidentes sucedidos en apoyo al “gaztetxe” diciendo que habían sido actuaciones que se habían desarrollado “en el municipio de Pamplona”, y que habían sido atendidas por la Policía Municipal y por la Policía Nacional, y que “Nosotros, como Policía Foral, no hemos participado porque ni tenemos competencia ni nos corresponde”, señalando como una salvedad excepcional la intervención del Grupo de Intervenciones Especiales (GIE) de la Policía Foral, a petición de la Policía Nacional, para desatrapar a unos pro-okupas que se habían encadenado a un bidón cortando el tráfico.

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El pasado fin de semana, sin embargo, la Policía Foral ejecutó el desalojo de los okupas del Palacio, reocupado tras la manifestación del sábado, pero Beaumont volvió a desentenderse de los incidentes insistiendo en su incompetencia.

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El Sindicato de la Policía Foral, sin embargo, inmediatamente le recordó que, según la vigente Ley de Policías de Navarra, la Policía Foral tiene atribuidas las funciones de “garantizar la seguridad ciudadana y el pacifico ejercicio de los derechos y libertades públicas y la protección de las personas y los bienes”, así como de “mantener y, en su caso, restablecer el orden y la seguridad ciudadana mediante las intervenciones que sean precisas y, en particular, vigilar los espacios públicos, proteger y ordenar las manifestaciones y mantener el orden en grandes concentraciones”, y por supuesto la Policía Foral tiene la competencia y el deber de “velar por la protección y seguridad de las personas, edificios e instalaciones dependientes de las instituciones de la Comunidad foral y de sus organismos autónomos”.

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Por si eso no fuera suficiente, a escala nacional la vigente Ley Orgánica 2/1986 establece que “a los Cuerpos de Policía de las comunidades autónomas les corresponde, sin perjuicio de la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la vigilancia de los espacios públicos, la protección de las manifestaciones y el mantenimiento del orden en grandes concentraciones humanas».

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Puede ser imaginaciones nuestras, pero da la impresión de que el Sindicato de la Policía Foral le esta llamando mentirosa a Beaumont.

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Cuando, no obstante, alguien dice una mentira que es increíble, que nadie le da crédito y que deja en un penoso lugar al que la dice, es porque la verdad deja todavía en peor lugar al que dice la mentira, el cual prefiere quedar por mentiroso que reconocer la verdad. Lo absurdo en el caso de Beaumont es que miente, todos sabemos que miente, queda muy mal por mentir y encima sabemos cuál es la razón oculta por la que lo hace. Miente porque es consejera de Interior a instancias de Bildu. Es la persona elegida por Bildu para llevar la consejería de Interior en el gobierno de Barcos. Y no puede ordenar a la Policía Foral que cargue contra los okupas porque los okupas y toda la gente que se manifiesta en favor de los okupas se compone fundamentalmente de votantes de Bildu. Es por este motivo que Beaumont prefiere quedar de mentirosa que de lacaya de Bildu. Claro que esta es la doble imagen que ofrece no obstante a la mayoría de la sociedad navarra.

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De cara a los simpatizantes de Bildu, la imagen que ofrece o intenta ofrecer es que es una mentirosa pero que miente para evitar las cargas de la Policía Foral contra los simpatizantes de Bildu. Para el votante de Bildu ser una lacaya de Bildu resulta hasta positivo. Lo que sucede es que el votante de Bildu no termina de ver claro esta maniobra de lavado de cara mientras, alternativamente, le mandan a la Policía Nacional a medirle las costillas. Y pese a las palabras de Beaumont también se vieron cargas de los policías forales en el desalojo, cuando los okupas y sus partidarios empezaron a acosarlos. Por otro lado, los simpatizantes de Bildu no ignoran que mandaron a los nacionales a repartir cera y aguantar el chaparrón, pero que la orden de desalojo la dio el Gobierno de Navarra de Barcos y Beaumont. 

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Gran campaña de Beaumont a favor de la Policía Nacional y la Guardia Civil

Si la Policía Foral no puede actuar, a lo mejor lo que sobra en navarra no es la Policia Nacional ni la Guardia Civil, o eso pueden haber pensado muchos navarros escuchando a Beaumont. Para ser justos con la Policía Foral, a lo mejor la que sobra es Beaumont. En realidad, Barcos, Araiz, Martínez, Beaumont y compañía le están haciendo una estupenda campaña a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. La legislatura del cuatripartito es la prueba de que necesitamos desesperadamente a la Policía Nacional y la Guardia Civil en Navarra. Porque cuando la Policía Foral queda en manos del nacionalismo, antes de intervenir necesita la aprobación política de Bildu, que por supuesto la deniega a la hora de intervenir contra sus simpatizantes violentos.

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