El cuatripartito reventó ayer en Pamplona y Aranzadi decidió no aprobar los Presupuestos presentados por Asirón para el año que viene. Como balance de toda la legislatura y argumento para su rechazo (en realidad Aranzadi se abstuvo, pero de este modo dejó en minoría al cuatripartito), la formación arácnida señaló que «se ha impuesto la gobernanza neoliberal» de Geroa Bai (para Aranzadi neoliberal es todo lo que hay a la derecha de Mao), que «ha faltado valentía para acometer los cambios importantes«, y que como consecuencia «buena parte” del acuerdo programático «está incumplido«. El portavoz de Aranzadi, a la vista de este diagnóstico, se preguntó si “¿Van a seguir votando las personas que se ilusionaron” con el gobierno del cambio.
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Como el elemento objetivo, la cuantía del Presupuesto presentado por Asirón ascendía a 213, 6 millones de euros, frente a los 187,9 del Presupuesto de 2018, que será prorrogado. Un aspecto por el que al menos podemos felicitarnos.
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Lo cierto sin embargo es que el discurso de Aranzadi resulta bastante oportunista e inexplicable si no es por el hecho de que en menos de 6 meses tendremos elecciones municipales. Es decir, si este mismo Presupuesto no se hubiera presentado en el año 4, sino en el año 2, Aranzadi lo hubiera apoyado igual que todos los presupuestos anteriores. ¿O cómo llega Aranzadi al diagnóstico de que no se ha hecho nada en toda la legislatura si los presupuestos que apoyó para 2016, 2017 y 2018 fueron maravillosos?
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El problema por tanto con el Presupuesto 2019 es que Aranzadi no está valorando el contenido de ese Presupuesto, sino el momento electoral y su estrategia particular como partido, que además puede ser una mala estrategia y de entrada representa un recorte de 25,7 millones respecto al Presupuesto presentado, porque no es probable que Aranzadi obtenga réditos electorales entre los votantes partidarios del rigor presupuestario. Por el contrario, Aranzadi proyecta una imagen de partido poco serio, de socio absolutamente no fiable, que rechaza un Presupuesto que cualquier otro año hubiera aprobado, que lo rechaza ahora sólo porque antepone egoístamente un desmarque que se piensa que le puede beneficiar electoralemente, y ni siquiera en eso puede que ande atinado.
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De puertas hacia afuera, la idea que se transmite es la de que el cuatripartito no ha aguantado entera toda la legislatura. ¿Y cuál es la lectura hacia la inminente cita con las urnas? ¿Que otra mayoría del cuatripartito nos llevaría a una situación ingobernable o que, una vez superada la cita con las urnas, Aranzadi o la sigla equivalente volvería a apoyar año tras año todos esos presupuestos que sólo le parecen infumables a 6 meses de las elecciones? ¿No es eso un fraude a sus propios electores?
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Que Asirón no haya podido aprobar el Presupuesto de 2019 es, como decíamos, hasta una buena noticia para el conjunto de la ciudadanía desde el punto de vista económico, pero desde el punto de vista político es un absoluto descrédito para el cuatripartito, ya que tirando de hemeroteca, cuando era UPN quien no podía aprobar unos presupuestos desde el año 2012, ya fuera para Pamplona o para el conjunto de la Comunidad Foral, el discurso era que un gobierno que no puede aprobar un presupuesto es un gobierno fallido. Si aceptamos que todo es un paripé de Aranzadi, la conclusión es que nos hallamos en manos de auténticos irresponsables, pero si nos creemos que Aranzadi va en serio, que este rechazo se hubiera producido igual si estuviéramos en el segundo año de la legislatura, y que ya no volverá a apoyar unos presupuestos que no respaldaran Chávez, Lenin y el Ché Guevara, entonces el cuatripartito se habría saldado con un fracaso, se habría demostrado que las cuatro formaciones del cambio no pueden gobernar juntas y volver a votarlas en 2019 supondría prorrogar tras las elecciones la ingobernabilidad que Aranzadi acaba de desatar.
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