Catalina de Foix y futuribles

Uno de los primeros mandamientos de la seudorreligión abertzale ordena: «rechazarás con todas tus fuerzas la incorporación de Navarra a España de 1512». Para demostrar a sus correligionarios que sigue fiel a los dogmas de la secta y merece seguir siendo candidato a Alcalde, Asirón puso el nombre de Catalina de Foix, la última Reina de Navarra -perdió el trono en 1512- a la hasta entonces llamada «Avenida del Ejército». Con ese cambio homenajeaba a los perdedores de 1512 y condenaba a los ganadores y a la consiguiente unión con España. Y al eliminar la referencia al ejército -se supone que español- afrentaba a España que es lo que un abertzale hace siempre que puede. Por otra parte, encaja bien que un Alcalde de Bildu apoye y homenajee a una Reina como Catalina, que lo era gracias a un pasado impresentable. Reinó por ser descendiente de Leonor de Foix, que llegó a ser Reina de Navarra gracias a múltiples arbitrariedades de su padre Juan II, y a que probablemente ella misma asesinó en 1464 a su hermana Blanca, que era quien tenía derecho a ser Reina. ¿No nos suena en Bildu eso de apoyar a los que asesinan para conseguir metas políticas? Si se tratase de la justicia en la historia, no tendría sentido lamentar la pérdida del trono por parte de Catalina de Foix. No debería haberlo tenido. 

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Lo que sigue no va a criticar la alcaldada, pues ya ha sido criticada y porque probablemente durará sólo hasta Mayo, sino a imaginar qué habría pasado si Catalina hubiera seguido siendo Reina de Navarra. Es verdad que en esto de imaginar pasados posibles cabe disparatar. Los mismos abertzales, cuanto más radicales, más dados son a imaginar pasados ficticios y a confundirlos con la realidad y manipular la historia a su antojo. En nuestro caso sin embargo, hay un hecho indiscutible y relevante: el descendiente de Catalina de Foix que en la línea dinástica de Navarra era Enrique III (aquí destronado), llegó a ser rey de Francia con el nombre de Enrique IV en 1589. Esa coincidencia en la misma persona de dos títulos diferentes de Rey (de Navarra y de Francia) hace muy probable que si Catalina hubiera conservado el Reino, Navarra habría quedado unida al Reino de Francia en 1589 en la persona de Enrique III de Navarra y IV de Francia, y esa unión podría haber continuado y hoy podríamos no ser españoles sino franceses. Aunque por otro lado este futurible sea improbable en cuanto que Navarra había jugado durante siglos  su partida política en buena parte (Reconquista) en el tablero de lo que es España, y esa historia compartida con los otros reinos españoles, aunque les pese a los abertzales, tenía que generar una tendencia a unirse con ellos para formar un Estado.

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¿Cómo nos habría ido mejor: uniéndonos a España o a Francia? Mirando al pasado es difícil responder: con la pérdida del Reino en 1512 (no siendo Francia) nos evitamos la revolución francesa, las guerras napoleónicas, dos guerras mundiales … No perdiéndolo (siendo Francia), nos habríamos ahorrado la guerra de la Independencia, las guerras carlistas, la guerra civil del 36, la dictadura … ¿Y pensando en el hoy? Si desde entonces hubiéramos formado parte de Francia, las sandeces de Sabino Arana habrían tenido aquí poca acogida, como poca tuvieron en Francia, el abertzalismo apenas se habría desarrollado y hoy sería un fenómeno político irrelevante entre nosotros como ocurre en Francia; ETA no habría actuado ni impuesto el terror ni su dictadura en muchos pueblos y zonas de Navarra, estaríamos orgullosos de nuestra nación y de nuestra bandera como lo están los del otro lado de la muga, no tendríamos de Alcalde a Asirón ni de Presidenta a Barcos … Aunque uno tenga a España en el corazón, pensando sólo en este futurible hermoso de una Navarra sin nacionalismo vasco que podría haber sido hoy realidad, hay que lamentar la pérdida del Reino de Navarra por Catalina de Foix. 

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