Uxue Barcos quiere sentar a Bildu en el banquillo y sacar al campo al PSN, si la aritmética electoral lo permite. O eso supone el PSN. En la CAV, por ejemplo, el PNV acaba de elegir quedarse sin Presupuestos antes que pactarlos con Bildu. Bildu es un ingrediente estupendo para Navarra, pero tóxico para la CAV. Está claro que para el PNV los estándares de calidad son distintos según se trata de la CAV o Navarra, siendo siempre Navarra la perjudicada. Ello no quiere decir que un gobierno de Geroa+PSN+Podemos+IE no pudiera contar con el apoyo de facto de Bildu, pero siquiera la apariencia sería la de un gobierno más plural y centrado. El problema es que Bildu no acepta este papel de comparsa y ha anunciado que para la legislatura que viene eleva el nivel de sus exigencias.
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Concretamente, Araiz ha anunciado que si el año que viene se repitieran los resultados de 2015 Bildu ya no aceptaría dejar el ejecutivo en manos de Geroa Bai y reclamaría algunas consejerías.
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De este modo, el todavía líder de Bildu en Navarra explicó en la cadena SER que “no puede haber nuevamente un gobierno que, si se plantea con un modelo de cuatripartito, no sea un gobierno de coalición”, y que “no podemos estar apoyando sin más en muchas ocasiones un gobierno en el que no tenemos capacidad de influencia política más allá de las reuniones del cuatripartito”, por lo que no resultaría aceptable para Bildu una fórmula como la de 2015 en la que “la presidenta designa a todos los consejeros”.
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Las elecciones forales de 2015 pueden traer muchos escenarios posibles, pero las palabras de Araiz descartan al menos uno: la repetición del escenario desarrollado durante esta legislatura. Otro cuatripartito con los mismos socios sería más radical, con más influencia de Bildu y con su presencia directa en las consejerías. Así pues a los votantes se les presenta la alternativa para la legislatura que viene de buscar una alternativa o padecer una versión más radical aún del gobierno actual.
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