Con la crisis y su base económica, sufren los niños, que podrían ser adoptados por ciudadanos de otros países y desgraciadamente, siguen en los orfanatos. En España se han reducido prácticamente a la mitad, y han renunciado a las gestiones iniciadas hace años muchas familias, que veían en la adopción el cumplimiento de sus sueños pudiendo tener el hijo, la hija que siempre habían deseado, y de esta manera un niño, una niña, que carecía de muchas cosa, además de cariño, lo más importante, y por condicionamientos económicos, no tienen otro remedio que ceder, y renunciar, de lo que no pueden pagar ni mantener, y además son apartados de los programas, por no poder afrontar la solvencia económica exigida. Al final, por no poder comprar a un niño.
El coste de la adopción varía en función del país de donde proceda el niño. Rusia es la opción que puede más cara, el gasto total puede rondar los 40.000 euros; Panamá y Vietnam exigen un importante esfuerzo económico para los futuros padres, superior a los 20.000 euros. Por el contrario, lo más barato suele resultar Colombia o China que rondan los 12.000 o 14.000 euros.
Se cobra a las familias unas tarifas previas que incluyen gastos legales y de gestión, sin embargo el mayor desembolso se efectúa cuando se recoge al niño en su país de origen, ya que las familias tienen que desplazarse y permanecer hasta quince días en el país extranjero con los gastos que esto supone, y a esto podemos sumar que algunos países exigen un donativo para el orfanato, que ronda los 3.000 euros, como por ejemplo China. Ahora bien, han crecido las solicitudes de adopción interna de los países, pero claro esta adopción en más larga costosa en el tiempo y en la obligatoriedad administrativa, que deviene muchas veces, en que haya que desistir por agotamiento.
Pero amigos, no está todo perdido, existe una figura jurídica que a nivel nacional, cada día ofrece más niños, pero sin embargo tiene menos demanda, y me estoy refiriendo al acogimiento. Hay muchos, pero muchos niños y niñas, que por determinadas y variadas motivaciones se encuentran en pisos dependientes de instituciones, donde se cubren sus mínimas necesidades pero desgraciadamente no gozan de eso tan bonito que ofrece una vida en familia un cariño, una confianza, un apoyo, etc, que estos niños y niñas, no han podido disfrutar posiblemente nunca. Las crisis siempre la pagan los más débiles, y en este caso cae a los niños de China, de Hispanoamérica, de otros países, que se quedan allí en condiciones de vida calificables de pésimas, pero los de aquí podemos ayudar a los vecinillos, que también sufren de esta condición de vida con serias carencias.