El viejo coronel, a quien noveló García Márquez en su mejor novela, que no podía cobrar su pensión, no tenía quien le escribiera. Situación muy diferente a la de la presidenta Barkos, quien tiene alguien que le escriba lo que a ella más le gusta, cada mañana, en un diario que ha llegado a ser un boletín oficioso del Cuatripartito y del Peneuvismo en Navarra. No un diario de noticias, sino de las noticias que le dicta la presidenta a su escribiente, su escriba, su escribidor. Que no es otro que Joseba Santamaría, procedente de EA (EA que ahora es parte de BILDU), director desde hace mucho tiempo de un diario del Partido Nacionalista Vasco en Pamplona. Lo más curioso del caso es que no se esconden. Cualquiera que ande un poco por la capital los puede ver desayunando, almorzando, tomando un café… Una amiga mía, de Pamplona de toda la vida, me suele decir los muchos sitios donde los ha visto juntos. Podríamos decir por eso que la presidente sí tiene quien le escuche, quien le atienda, quien le obedezca. Y quien le escriba en el diario oficioso, cada mañana, lo que ella quiere ver escrito, según la consigna del día anterior.