Al escuchar a la presidenta del Cuatripartito las razones con que defendía en el debate sobre “el estado de la Comunidad” su malaventurada gestión de estos años, y el desprecio con que trataba a los representantes de la oposición, me ha venido a mi mala cabeza un ejercicio de comentario que nos mandaron hacer en clase, y que era sobre el capítulo XXXIII de la Segunda Parte de Quijote. Yo no supe escribir algo más que lo que decía Sancho, pero de otra manera, y por eso no pasé del aprobado.
Cuando “Su Altanería” la Duquesa pone en duda los méritos de Sancho para ser gobernador de la Ínsula Barataria, con mayor suavidad que la empleada por Barkos para desacreditar a sus oponentes, le contesta sin pelos en la lengua el buen escudero:
“Tan buen pan hace aquí como en Francia y de noche todos los gatos son pardos y asaz desdichada es la persona que a las dos de la tarde no se ha desayunado, y no hay estómago que sea un palmo mayor que otro (…), y al dejar este mundo y meternos la tierra dentro, por tan estrecha senda va el príncipe como el jornalero, y no ocupa más pies de tierra el cuerpo del papa que el del sacristán, aunque sea más alto uno que el otro, que al entrar en el hoyo, todos nos ajustamos y encogemos, o nos hacen ajustar y encoger, mal que nos pese, y a buenas noches”.
¿Quién se creerá que es Su Altanería? Ya sólo le falta hacer profesión de humildad, cosa que también está de moda.