Un breve vídeo subido a las redes sociales por la líder popular Ana Beltrán ayuda a poner en foco el auténtico debate sobre SKOLAE, que en definitiva no es otro que la libertad educativa. La portavoz de I-E, Marisa de Simón, lo expone con toda claridad: los padres no tienen derecho a elegir la educación de los padres, sino que es una elección que recae en el gobierno:
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“Esto no es una cuestión de que los padres y las madres decidan. Ustedes pueden decir lo que les de la gana como padres, están en su derecho, lo que no están en su derecho es a decidir por sus hijos en estas cuestiones. En todo caso ustedes no pueden decidir cuáles son los contenidos que se incluyen en el currículum escolar básico, eso no están ustedes en disposición de decidir y desde luego claro que están en disposición de decidir de pagarse la enseñanza que les parezca, pero el derecho es de sus hijos y de sus hijas, no es de ustedes”.
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La intervención de la diputada de I-E resulta ilustrativa porque contiene todos los errores o toda la maldad que se puede acumular en torno al debate sobre la libertad educativa.
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El artículo 26.3 de la Constitución, por ejemplo, determina que “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Esto no es un derecho de los hijos, sino de los padres.
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Por lo demás, la educación puede ser un derecho de los hijos, pero que lo sea no significa que el contenido de esa educación lo deba establecer el gobierno. ¿Cuál es la línea argumental para que una cosa lleve a la otra? ¿De dónde se deduce que si la educación es un derecho de los hijos el gobierno decidirá la educación de los hijos en vez de sus padres? ¿En virtud de qué pirueta el derecho a la libertad educativa de las familias se convierte en que los niños sólo tienen derecho a que les eduque Marisa de Simón?
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La libertad educativa, obviamente, nunca puede ser un derecho del gobierno sino de las familias. La libertad educativa, precisamente, es la capacidad de poder elegir la educación frente a cualquier gobierno. Para someterse a la educación gubernamental no hace falta libertad educativa.
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Que el gobierno decida la educación de todos los niños en vez de las familias eso es exactamente lo que ocurre en las dictaduras. Casi se podría decir que donde hay libertad educativa no hay dictaduras y que donde hay dictaduras no hay libertad educativa.
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En defensa también de la libertad educativa de las familias que llevan a sus hijos a centros públicos
Como acabamos de leer en la Constitución, por otra parte, la libertad educativa no es un derecho que tienen sólo los padres que llevan a sus hijos a colegios concertados, sino que es un derecho de todos los padres españoles. Resulta irónico que Marisa de Simón, en realidad todo el cuatripartito, quiera dejar sin libertad educativa específicamente a los padres que llevan a sus hijos a centros públicos. ¿Se puede además hacer menos atractiva la oferta pública?
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El remate es la frase de Marisa de Simón señalando que la libertad educativa queda restringida a los padres que se la puedan pagar. Es difícil coronar un discurso totalmente reaccionario de una manera más reaccionaria. Eso sí, lo de “pagarse la enseñanza” merece también una matización porque parece que la enseñanza se la paga a las familias doña Marisa de Simón. Marisa de Simón no paga nada. El gobierno no paga nada. La educación la pagan el conjunto de los contribuyentes. Todos los padres pagan impuestos. Parece que si los padres no quieren una educación que consista en el adoctrinamiento del gobierno de turno se la tienen que pagar, como si la educacion pública no la pagaran también ellos, o como si la regalara Marisa de Simón. Para pagar un colegio privado, por eso hay tan pocos en España, primero hay que pagar la educación pública y después, sólo al que le quede suficiente dinero, puede plantearse pagar un colegio privado. Y solo a ése Marisa de Simón le reconoce la libertad educativa.
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Defendemos la libertad y el derecho de Marisa de Simón de que no adoctrinemos a sus hijos
Por lo demás, resulta difícil creer que, con otro gobierno en el poder, a Marisa de Simón le parecería muy bien que adoctrinaran a sus hijos, sus sobrinos o sus nietos en las ideas de ese gobierno, renunciando a su libertad educativa. Por el contrario, se trata de defender también la libertad educativa de Marisa de Simón y su familia. La legítima libertad que ella querría cuando mandaran otros, la queremos los otros cuando manda ella. Y que haya libertad educativa siempre y no imposición por turnos. Pero para eso hay que quitarle el control de la educación a los gobiernos y devolver la libertad educativa a las familias. El asunto está claro salvo para alguien más obsesionado por garantizar el adoctrinamiento del hijo de su vecino que por garantizar la libertad educativa de sus propios hijos.
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Un comentario
Nazi
Pero seguro que sus hijos habrán ido a un colegio concertado. Bueno, dudo que haya engendrado