La idea, por otra parte bien conocida, ha sido explicada en el Euroíndice IESE-ADECCO, del cual se hace eco el diario de todos los navarros que, en Guipuzcoa, es el de todos los guipuzcoanos.
Por encima de un nivel de salario, el empleo resulta antieconómico.
El límite al salario que se puede percibir por un trabajo no tiene que ver con la ley ni las buenas costumbres, sino con la productividad. El salario de un trabajador que construye 10 bicicletas nunca puede ser superior al valor de 10 bicicletas. En caso contrario, resultaría antieconómico fabricar bicicletas.
Si se establece un salario mínimo, pueden suceder 2 cosas:
-Que sea menor o igual que el del obrero que fabrica bicicletas, en cuyo caso no le afecta.
-Que sea mayor, en cuya caso pueden suceder otras dos cosas: que sea mayor que la productividad del obrero o que sea menor. Si es mayor, la consecuencia del establecimiento del salario mínimo será el despido del obrero o su paso a la economía sumergida. En el caso de España, el estudio IESE-Adecco estima en unos 228.000 los puestos de trabajo destruidos de esta forma.
La inexistencia de un salario mínimo legal no equivale a legalizar la explotación.
Así se desprende al menos del dato de que en países como Alemania, Finlandia, Italia, Dinamarca, Austria o Suecia, la ley no establece un salario mínimo. En estos países, trabajadores y empresarios negocian los salarios según las condiciones de mercado.
Salario mínimo y salario medio.
El salario medio resulta muy dispar en las distintas comunidades autónomas. Así, según los datos que tomamos del estudio, en Madrid es de 1.770 euros y en Extremadura de 1.253. A la hora de establecer un salario mínimo legal, sin embargo, se establece una cantidad idéntica para todo el territorio (600 euros en 2008). Esto hace que en Madrid el salario mínimo sea el 33,9% del salario medio mientra que en Extremadura sea el 47,9%. En consecuencia, es mucho más probable que el salario mínimo se encuentre por encima de la productividad de muchos más trabajos en Extremadura que en Madrid, lo que seguramente genere más paro. Efectivamente, las CCAA con menos paro (Navarra, CAV, Cataluña y Madrid) son las que muestran una brecha mayor entre el salario medio y el salario mínimo. No parece que sean aquellas con más precariedad ni donde las personas sufran las peores condiciones de trabajo.
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Todo lo cual nos lleva a preguntarnos si una medida tan bienintencionada, sin embargo, no pudiera generar un perjuicio mayor que si no existiera. Como mínimo, no parece razonable que las medidas resulten indiscutibles por el mero hecho de ser bienintencionadas. Más aún en una economía como la nuestra en la que, con más del doble de parados que en el resto de Europa, no se debate reformar nada.