Hace unos días podía leerse un interesante artículo de opinión en el Heraldo de Aragón, titulado “La madre del primer rey de Aragón”.
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El artículo recordaba en primer lugar que el primer rey de Aragón, Ramiro I, era hijo (aunque bastardo o ilegítmo) de Sancho Garcés III de Pamplona, más conocido como Sancho el Mayor, Rex Ibericus y rege Navarriae Hispaniarum, para más señas. No deja de ser sin embargo relevante, a la par que bastante desconocido en la Comunidad Foral, recordar por tanto que el primer rey de Aragón fuera hijo del rey de Navarra.
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El asunto principal del artículo del Heraldo, sin embargo, se refería a la figura de la madre y a la naturaleza de la relación que mantenía con Sancho el Mayor. En este sentido, las investigaciones han concluido, incluyendo estudios de ADN, que la madre de Ramiro I era una mujer navarra llamada Sancha de Aibar.
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El artículo va más allá y pone en cuestión la relación ilegítima de esta Sancha de Aibar con el rey Sancho el Mayor y por tanto que fuera un hijo bastardo el primer rey de Aragón. La tesis del artículo es que Sancho y Sancha estaban casados aunque las formalidades de la boda pudieran ponerse en cuestión.
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El artículo del Heraldo explica a continuación, basándose en las investigaciones contenidas en el recientemente publicado ‘Sancha de Aibar’, editado por el Ayuntamiento de Aibar y el Gobierno de Aragón, que en aquella época las formalidades del matrimonio canónico no se encontraban reguladas como en la actualidad, que en la cristianad medieval había numerosas formas válidas de protocolizar un emparejamiento y que no había reproche moral serio que hacer a aquella situación, como parece probar la nula voluntad de ocultación del hecho, o que Ramiro, ya desde niño, apareciera como ‘regulus’, lo que habría que entender como admisión oficial de su linaje regio y condición de heredero, a lo que habría que sumar el hecho de que Sancha de Aibar se refiriera a sí misma como «madre del rey Ramiro», cosa que hubiera sido impensable si hubiera supuesto alguna tacha para su hijo, ya reinante en Aragón.
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El artículo termina por tanto subrayando este vínculo histórico más de la Comunidad Foral con Aragón, llegando incluso a hablar de la “madre Navarra”. Lo que desde luego está claro es la falsedad del mito de una Navarra aislada, separada de España y del mundo hasta 1512, o incorporada a un inexistente reino vasco, frente a la realidad de un reino hispánico en constante interacción con el resto de reinos hispánicos, ya sea en las Navas de Tolosa, ya sea con este recordatorio de la ascendencia navarra del primer rey aragonés, ya sea con el nombramiento de Carlos de Viana como primogénito de Aragón y lugarteniente perpetuo de Cataluña, ya sean tantas otras a las que podríamos hacer mención.
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