Un 7% de pamploneses de centro derecha no tienen representación política

De los 27 concejales que tiene el Ayuntamiento de Pamplona, la izquierda y el nacionalismo controlan 17. Es decir, el 62,9%.

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Las fuerzas nacionalistas y de izquierdas en el Ayuntamiento de Pamplona, sin embargo, sólo representan el 57,6% de los votantes de Pamplona.

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El agujero en la representatividad se aprecia mucho mejor por el lado derecho del espectro.

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UPN tiene 10 concejales con el 30,99% de los votos.

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Esa es toda la representación que tiene el centro derecha en el Ayuntamiento de Pamplona.

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La cuestión sobre la que pretende centrarse esta reflexión es el hecho de que un 7,3% de votantes del centro-derecha en Pamplona sencillamente viven en un limbo político. No cuentan. No existen. Y un 7,3% no es precisamente un porcentaje despreciable, al cual incluso hasta cierto punto se podría añadir otro 0,58% correspondiente a los votantes de UPYD, con lo que el porcentaje ascendería al 7,88%, nada menos.

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Para poner las cifras en contexto, IE tiene un concejal con el 5,7% de los votos y Aranzadi tiene 3 con el 9,5%.

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Otro guarismo significativo: el cuatripartito sumó 48.571 votos frente a los 49.976 de UPN, PSN, PPN, Ciudadanos y UPYD.

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¿Qué sucedería si todos esos votantes de PPN, Ciudadanos y UPYD hubieran concurrido en una candidatura conjunta? Pues aparte de haber conseguido el 7,88% de los votos, hubieran obtenido también 2 concejales. Hubieran dejado de estar en el limbo.

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Si ese 7,88% de votantes estuvieran representados, el cuatripartito, que tiene justo los 14 concejales que necesita para la mayoría absoluta, no la tendría sino que se quedaría con 13, lo que le obligaría a tener que buscar una mayoría alternativa, incorporando por ejemplo al PSN. Y teóricamente también se podría haber construido una mayoría alternativa en Pamplona a la actual alcaldía de Asirón.

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Dado que se trata de una cuestión de actualidad, ese escenario de una Pamplona en la que la representación de los votantes fuera más justa tendría un doble efecto para el PSN. Primero el ya mencionado de que al cuatripartito le haría falata incorporar al PSN para tener mayoría, y segundo que el PSN quedaría limitado por los propios vetos que se ha autoimpuesto. Es decir, pese a tener la llave de la gobernabilidad con todo el poder que eso conlleva no podría formar mayoría con el cuatripartito, porque estaría Bildu, y no podría formar una mayoría alternativa, porque estaría el PP.

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Por lo demás, las cuentas no afectarían demasiado en el sentido de que la izquierda y el nacionalismo seguirían teniendo una mayoría clara, pero no por ello dejan de apreciarse evidentes problemas.

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El centro-derecha, por la fragmentación y además el tipo de fragmentación, tiene actualmente un problema añadido para conseguir la mayoría que no tiene la izquierda. El centro derecha tiene que recuperar del limbo de algún modo a esos votantes para tener alguna opción.

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Hay casi un 8% de votantes que no tienen representación ninguna en el Ayuntamiento, un porcentaje elevado, mayor que el de algunas fuerzas con representación, lo cual necesariamente plantea la pregunta de hasta qué punto el sistema electoral es adecuadamente representativo.

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En relación con los dos asuntos anteriores, sólo caben dos soluciones. O se cambia el sistema electoral o se mantiene el sistema, pero para combatir sus efectos los perjudicados recurren a algún tipo de fórmula de coalición para sumar y no quedar excluidos.

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Desde luego también queda la opción de quedarse como se está y ni plantear el problema, si es que estamos todos satisfechos o no hay pegamento político que pueda reunir ciertas siglas, pero a la vista están las consecuencias.

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