Ridículamente Barcos: desokupación y reokupación relámpago

Cuando el Gobierno de Navarra decidió desalojar a los okupas del Palacio de Rozalejo, al ver actuar por fin a los forales y nacionales hubo quién pensó que por una vez el gobierno foral parecía un gobierno serio, que Uxue Barcos había actuado bien, que había costado pero Geroa Bai ofrecía finalmente un gesto demostrando que entre las fuerzas del cambio no todo es lo mismo.

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Tampoco faltó quien, ante la desokupación, pensó que todo era una hábil maniobra preelectoral de Barcos. Que precisamente se trataba de conseguir que la gente pensara lo que se acaba de describir en el párrafo anterior. Que de cara a las elecciones el desalojo era un movimiento electoral para marcar distancias, vender producto y ofrecer perfil institucional al sector nacionalista más serio, conservador y de orden, asumiendo la existencia de tal tipo de electores entre los votantes del cuatripartito.

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Finalmente, con la reokupación, lo que se ha evidenciado es que, en primer lugar, de gobierno serio nada de nada, y en segundo lugar que de inteligencia electoral nada de nada tampoco.

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Papelón de María Solana, defendiendo un día una cosa y al siguiente la contraria

El Gobierno de Navarra podía haber apostado por tolerar como hasta ahora a los okupas, y hubiera quedado bien con su electorado radical, o podía haber apostado por desalojar a los okupas y quedar bien con el electorado de orden, pero lo que ha hecho el Gobierno de Navarra es primero quedar mal con los unos y a continuación quedar mal con los otros. Un gobierno puede hacer muchas cosas, pero nunca debe hacer el ridículo.

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Desde luego el desalojo, lejos de servir para dar la imagen de que Geroa Bai es una cosa y Bildu otra, o de que Geroa manda, lo que se ha conseguido es justo lo contrario. La imagen ofrecida por el ejecutivo de Barcos, una vez más, es que quien manda es Bildu. Del intento de diferenciarse han pasado a la penosa evidencia de que no pueden en absoluto. De la imagen de fuerza a la de debilidad. Desabastecimiento en Navarra de narices rojas de plástico.

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¿La politica más sobrevalorada de la historia de Navarra?

Si el gobierno está lleno de incapaces, a lo mejor Barcos tampoco es tan lista. La moraleja del desalojo, aparte de que los okupas en Navarra pueden hacer lo que les da la gana, es que a lo mejor la Barcos y su equipo no son tan listos. No ya tan listos como ella y su equipo se creen, por supuesto, sino tan listos como acaso nosotros mismos, a base de que nos lo repitan desde los medios de progreso, no han hecho llegar a creer. Otra cosa es que, precisamente por el dominio que ostentan de la Educación y los medios, tengan un amplio margen para ser torpes y seguir manteniendo su apoyo electoral, pero es evidente que tan listos no son. El caos reina en Eucación, Salud e Interior. Casi todas las grandes medidas del gobierno del cambio han resultado ilegales y las están tumbado los tribunales. Las dimisiones asolan las direcciones de las principales consejerías. El control de la máquina de crear opinión permite un amplio margen de error, pero eso no quiere decir que cometer errores les ayude o que el margen sea infinito. Desde luego, como ahora se le recuerda con sorna desde las redes recordando sus tuits tras el desalojo, Geroa Bai se ha hecho a sí misma un hijo de plástico con la desokupación y la posterior reokupación.

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