Durante el primer semestre del año se está desplomando la recaudación fiscal en Navarra, exactamente un 14,08% al terminar junio, que llegó a ser un 28,37% durante el primer trimestre. Frente a los 1.339 millones recaudados hasta junio del año pasado este año se han recaudado sólo 1.150; es decir, 189 millones menos. ¿Se encuentra el reino de leche y miel entonces al borde del colapso? El gobierno foral dice que no, y que el llamativo descenso en la recaudación responde a un efecto transitorio del nuevo calendario tributario puesto en marcha en 2018, el cual afecta a los pagos y devoluciones de determinados impuestos.
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Por ejemplo, la Hacienda Tributaria de Navarra ha aumentado el plazo que tienen las empresas para abonar el IVA y las Retenciones de trabajo y capital, mientras que por otro Hacienda ha reducido a la mitad los plazos de devolución de IVA que las grandes empresas tenían antes de la crisis económica. Todo ello implica un efecto en los ajustes con el Estado y por eso Hacienda señala que las diferencias de recaudación total en términos absolutos con el año anterior son una circunstancia transitoria cuya afección se irá corrigiendo durante el resto del año.
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Se acaban los efectos de la subida fiscal
Resulta llamativo, sin embargo, que en la nota de prensa del Gobierno de Navarra la ligera subida del IRPF se atribuye principalmente a “la mejora del mercado laboral”, mientras se señala que los impuestos indirectos crecen “en sintonía con la recuperación del consumo”. Es decir, da la impresión de que, en adelante, una vez cosechado el resultado de las subidas de impuestos del cuatripartito, la recaudación subirá según crezca la economía, o no subirá, lo cual nos lleva al siguiente punto.
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Lamentablemente, cuando el cuatripartito decidió el achicharramiento fiscal de las familias navarras de clase media, todos seguimos viviendo en ese universo gobernado por el cuatripartito. O sea, no existe un universo paralelo en el que el cuatripartito no subió los impuestos, para poder comparar lo sucedido en uno y en otro. No obstante, lo que sí podemos observar, es que en este atribulado universo la recaudación ya estaba subiendo con fuerza antes de la llegada al poder del cuatripartito con sus subidas de impuestos.
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La recaudación empezó a subir mucho antes del cuatripartito
La recaudación foral empezó a recuperarse de hecho no con la llegada del cuatripartito, sino con la recuperación económica en el año 2014, resulta interesante ahora revisar esos números. Frente a los 2.907 millones recaudados en 2013, en 2014 se recaudaron 3.007, y en 2015 se recaudaron 3.198. Es más, en 2016, cuando la reforma fiscal del cuatripartito aún no había desplegado todos sus efectos, se recaudaron 3.249 millones, por otro lado sólo un 1,6% más que en 2015. Todo esto nos sirve para concluir que la recaudación, bastante antes de que llegara el cuatripartito, ya estaba subiendo con fuerza, que en 2015 se recaudaban 291 millones más que en 2013, que la subida de la recaudación se basa más en la recuperación que en la subida de impuestos y que por tanto, en cualquier caso, el freno a los recortes y la recuperación del gasto social lo mismo se hubieran producido sin Barcos que con Barcos.
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¿Cómo se pagará todo cuando vuelva a enfriarse la economía?
Las consideraciones anteriores y el fin del efecto de la subida fiscal nos lleva finalmente a plantearnos un par de preguntas. En primer lugar, ahora que los aumentos futuros de la recaudación van a depender del crecimiento de la economía y no de la subida de impuestos, ¿cuál sería el crecimiento de la economía en un universo en el que no se hubiera producido la subida de impuestos? La pregunta resulta pertinente porque, con las familias y las empresas navarras más desahogadas fiscalmente, a lo mejor estábamos en mejor situación para crecer y crear empleo de lo que estamos ahora, pero también y por consiguiente para aumentar la recaudación. En segundo lugar, ¿qué va a pasar cuando se produzca otra crisis y vuelvan a bajar los ingresos fiscales cosa que sin duda sucederá en algún momento futuro? Es decir, es evidente y a la vista está que los ingresos fiscales, como la propia economía, son cíclicos, y que como este gobierno se está dedicando a generar estructuras de gasto permanentes (como la plantilla e empleados públicos o su masa salarial), forzosamente debemos preguntarnos a ver cómo las pagamos cuando vuelvan a caer los ingresos. No estamos aún en ese punto, aunque llegaremos, pero ya estamos en el punto en el que difícilmente va a crecer más la recaudación si no crece la economía. Y aquí es donde un gobierno tiene que demostrar si sabe hacer algo más que subir los impuestos.