El «nuevo PP» también cuenta con el «barón rojo»

El «nuevo PP», es decir, la era del Partido Popular (PP) liderada por el joven diputado por Ávila Pablo Casado no solo ha podido resultar ilusionante -según el caso-, sino que también se está caracterizando la puesta en valor de ciertas figuras a quienes hay que agradecer la deriva centro-izquierdista de dicha formación política (no solo Javier Maroto y Cristóbal Montoro).

Estará al mando del Comité de Presidentes Autonómicos el ex presidente extremeño José Antonio Monago, conocido por ser el «barón rojo» y sus viajes sentimentales a las Islas Canarias a costa de dinero público de las arcas del Senado. Sí, ese mismo de cuyo aparato político y de acólitos han salido otros nombres del «equipo de Casado».

Aparte del alcalde de Trujillo (Cáceres), a quien al parecer le unía una relación amistosa personal con el político palentino, figuras como Gema Cortés, portavoz del PP regional, Fernando Manzano, secretario general y ex presidente de la Asamblea de Extremadura, y Juan Parejo, ex coordinador de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Extremadura, han sido incorporadas al mismo.

Ahora bien, no vamos a centrarnos en personalidades que básicamente destacan por ser escuderas del bombero, sino en este último. Haremos una exposición de acciones y declaraciones políticas que nos servirán para caracterizar a este político extremeño, casualmente nacido en un histórico feudo socialista de la provincia de Badajoz.

Para comenzar, conviene recordar que tanto en 2011, al comenzar su legislatura, como al menos hace pocos meses, insistió en que era imposible llevar a cabo una política económica liberal (en un sentido no americano, de escepticismo hacia el intervencionismo de los burócratas en la economía y el mercado) en una región como la nuestra.

Insinuaba que solo se podía ser liberal en regiones con mayor libertad económica y mejores marcadores macroeconómicas. Igual cometieron un «craso error» en su día el estonio Mart Laar con sus liberalizaciones y rebajas fiscales y el polaco Leszek Balcerowicz con su «terapia de choque» en la «encomendada» tarea de transición de un sistema económico comunista a uno capitalista.

De hecho, durante la legislatura de José Antonio Monago, Extremadura continuó siendo una región con elevada presión fiscal (no se suprimieron ni rebajaron drásticamente los impuestos, aunque ahora «nos hagan el paripé» yendo a manifestaciones contra el Impuesto de Sucesiones y pidiéndole a Vara que los rebaje). Tampoco hubo considerables recortes de gasto público.

La deuda pública no dejó de ascender a partir del año 2011 mientras que solo se redujo el déficit presupuestario entre 2012-13 (lo bueno dura poco, y qué verdad es…). Por otro lado, una vez acabada la legislatura, el desempleo se mantenía en los niveles más elevados de España (igual que antes y ahora), y no dejó la región de ser una de las más pobres de España y de Europa (seguía incluso siendo una economía muy regulada).

Pero es que en materia social también tiene posturas propias de un «progre». En su discurso de fin de año de 2013, aprovechó para postularse en contra de la reforma de la ley del aborto anunciada por Ruiz-Gallardón, pero no para pedir el «aborto cero», sino para que no se ilegalizara tal acto que se considera como un homicidio de autoría médica. Por otro lado, promovió una totalitaria ley LGTBI autonómica.

Y bueno, que en 2014, quien logró ser presidente gracias a la abstención de los tres diputados de Izquierda Unida, reiteraba en que no descartaría pactar con PODEMOS. Ahora bien, una formación más o menos liberal-conservadora como VOX le asustaba. A su juicio, la derecha liberal debe de ser extremista. Y bueno, en 2015, durante su campaña electoral, llegó a evocar a los acontecimientos galos de Mayo del 68″.

En fin, que no debe de parecer demasiado acertado «intentar reilusionar» sin «despedir» a un político de izquierdas, cuya legislatura se puede considerar como una pérdida absolutérrima de tiempo. No practicó ninguna acción política propia de la derecha. No se dio el esperado «cambio político» en una región bastante socialista (solo hubo nuevas caras y siglas distintas, aparte de cambiarse lo de «Junta» a «GobEx»).

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Un comentario

  1. ¿Qué le pasa al PP de Pablo Casado?… ¿Por qué esas derivas hacia la izquierda? ¿O es que la izquierda no tiene ya sus representantes? ¿Quiere por ahí conseguir votos que se sumen a su proyecto? ¿Acaso no perderá otros muchos?

    ¡Con lo fácil que es delimitar bien y con sentido común todo aquello que construye y rechazar todo lo que destruye!
    Lo que destruye llega y nos atrapa a todos. No construyamos un partido político poniendo estructuras destructivas en sus cimientos.
    ¿¡Pero qué hay en la mente de los que gobiernan!?… ¿o de los que quieren gobernar?

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