Cargando ...Según el Observatorio de Radicalización del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), a día de hoy se realizan más homenajes a la banda terrorista ETA y sus miembros que cuando esta desarrollaba su actividad armada.
En 2017 se registró un 32% menos, mientras que, en lo que llevamos de año, se han realizado 119 eventos de este tipo, de los cuales, 28 han tenido lugar en Navarra. Nuestra región sería el cuarto lugar en la lista, seguido por Álava y precedido por Guipúzcoa y Vizcaya.
La mayoría de estos se corresponden con meros homenajes a la banda terrorista, mientras que han sido 12 fiestas populares en las que se ha aprovechado para incorporar las acciones de enaltecimiento de la banda terrorista. Las pintadas y pancartas también ocupan una proporción considerable.
En relación a los meses, ya previó COVITE que el verano fuera el momento más agitado, debido a los festejos populares. Estamos en el ecuador del periodo estival, pero en lo que llevamos de julio, hay más actos de este tipo que en los meses de enero, febrero, marzo y abril.
Nada de esto nos debe permitir hacernos creer que la banda ha sido derrotada, cuando no ha sido así, y cuentan con representación parlamentaria. Pero en este artículo, entraremos en otro debate: la libertad de expresión ante la apología terrorista.
Resulta lógico que cualquier modalidad de colaboración con una banda terorista, aunque sea un mero mensaje verbal en su apoyo a la hora de desarrollar sus acciones inhumanas y criminales, debe de ser perseguida penalmente por el poder judicial.
Da igual que, en vez de haber comprado un arsenal explosivo o un arma blanca, se haya decidido recurrir a dar una voz o a incorporar dichas ideas en un artículo o tuit. Se etá colaborando con una organización terrorista, y no hay más.
Ahora bien, dejando aparte la defensa muy selectiva de la libertad de expresión por parte de las izquierdas y los proetarras, cabe lamentar que más de un ingenuo o convencido relativista mezcla derechos esenciales con lo que a fin de cuentas es colaboracionismo terrorista.
Está claro que cada cual es libre de poner de manifiesto sus ideas, creencias y convicciones, sin ninguna duda (cualquier mecanismo de censura es injusto y totalmente deplorable). Es algo de sentido común, que no requiere interpretaciones de ciertos sistemas del Derecho.
Pero igual que nadie es libre (ni debe serlo) de atentar contra la libertad, la vida y la propiedad privada, tampoco hay motivo alguno de peso para pasar por alto lo que viene a ser un respaldo verbal de las acciones terroristas.
Finalmente, conviene tanto abrir los ojos como librar la batalla contra el relativismo y contra la banda terorista ETA. La sociedad no debe tolerar ni perdonar -así como tampoco olvidar- sus atrocidades criminales e inhumanas.
