Desde la semana pasada, tiene ya España su nuevo gobierno de izquierdas, que como todos saben, ha sido una realidad gracias a la fórmula del Frente Popular, ganarse Pedro Sánchez apoyos parlamentarios por parte de comunistas y nacionalistas periféricos.

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Con tal de llamar la atención y “calmar las aguas revueltas”, ninguno de los ministros guarda relación con PODEMOS, habiendo contado con nombres que bien dan una imagen “moderada” como los de Josep Borrell y Nadia Calviño o dan la sensación de que se pone muy en valía a los mejores como es el caso del astronauta Pedro Duque.

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Mientras tanto, la ministra de Hacienda no es menos partidaria del expolio fiscal que su antecesor Cristóbal Montoro, la titular de la cartera de Justicia es íntima amiga del prevaricador ex juez Baltasar Garzón y del ex ministro Bermejo, y el juez Grande-Marlaska ordenó la excarcelación del terrorista etarra Bolinaga.

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Ahora bien, si la Ministra de Política Territorial y Función Pública Meritxell Batet ya se postuló a favor del referéndum secesionista catalanista y de acercar a Cataluña a los golpistas encarcelados, Borrell, cuya eurofilia globalista pocos percibieron bien el pasado otoño, es un partidario de la reforma constitucional que garantizaría la secesión catalana de facto.

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De todos modos, no hace falta ser un experto en análisis político para evidenciar que la izquierda radical y los grupos independentistas no han apoyado a un presidente partidario anyway de la “plurinacionalidad” y, considerablemente radical, a cualquier precio. Me reafirmo en que esta composición de gobierno es “cosmética pura” y “venta de humo”.

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El Consejo de Ministros del pasado 8 de junio contribuyó a corroborarlo. Se comprometieron a “dialogar” y proceder a un “acercamiento” con el nuevo presidente autonómico Quim Torra (quizá también reactiven leyes desactivadas por el Tribunal Constitucional, relacionadas con las políticas sociales y, quizá, parte del Estatut).

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Pero ya saben qué tenemos que entender por “acercamiento” y “diálogo”: mayores cesiones a lo que viene a ser un chantaje nacionalista reforzado por la ingeniería social de unos y la cobardía de otros también. Llevamos décadas en las que tanto el PP como el PSOE han hecho numerosas cesiones a nacionalistas catalanes y vascos.

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En relación a los tiempos que corren, como mínimo podemos pronosticar esa reforma constitucional que garantizará la secesión de facto de Cataluña -aunque no mayor autodeterminación individual, sino mayor grado de iuspositivismo. Por cierto, a saber si se acaba excarcelando a los presos golpistas igual que a los asesinos de la banda terrorista ETA.

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Por otro lado, que nadie se distraiga tanto como para afirmar que por ciertos perfiles de apariencia tecnócrata va a haber alguna acertada política económica. Con o sin PODEMOS, el PSOE no es menos intervencionista que el PP. Así pues, como mínimo, veamos la derogación de la reforma laboral y un impuestazo no menos intensos de los que ya eran los de Montoro.

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Luego, en cuestiones sociales, se reforzará el corte izquierdista del rumbo del actual PP, reforzándose, por ende, las estrategias serviles a la cultura de la muerte y al rodillo totalitario de la ideología de género. Pero la corrección política irá a más, con la Memoria Histórica, estrategia anticlerical, divisoria y revisionista para beneficio de social-comunistas.

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Una vez explicado todo esto, conviene advertir de que a la derecha de la izquierda de que no se debe ser tan ingenuo o ignorante ante la izquierda política y sociológica. Algunos que suelen votar al PP o a C’s dicen que les gusta el gobierno de Pedro Sánchez y tener simpatía por Borrell y Calviño igual que la tienen por Manuel Valls y Emmanuel Macron.

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Pero es que hay quien se cree que la “regeneración” del PP (si es que tiene remedio) podría pasar por el nacional-galleguista Feijóo o la cebrianista-rourista ex vice presidenta Sáenz de Santamaría, ambos también “progres” y estatistas. No me refiero a tertulianos y periodistas de medios que “manque de derechas” son serviles al establishment.

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Del mismo modo, hay gente que cree que C’s y PP podrían fusionarse (en algunos casos, haciendo creer) en pos de la “unidad de la derecha”. Por mí, podrían unirse si así lo consideran, pero porque ambos son igual de serviles a las causas de la izquierda, no siendo esto nada exclusivo de España.

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El caso es que así no se va a solucionar el déficit de compromiso ejecutado de batalla ideológica contra el socialismo, el comunismo y el marxismo cultural. Cualquier acto de entreguismo sociológico o ideológico a la izquierda contribuirá a brindarle, de una u otra forma, más oportunidades para influir y tener poder.

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De una u otra forma, este ejecutivo va a suponer una amenaza para la libertad. Más deuda, más impuestos, más desempleo, menos libertad de oportunidades, más censura y más obstáculos al emprendimiento humano. De hecho, recordemos que una “ola” de laicismo anticlerical y anticristiano “top-down” desde Moncloa se avecina.

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Así que más nos valdría estar en alerta y reaccionar con coraje ante cada ataque contra nuestra libertad y conciencia, la Nación Española y la dignidad humana, así como asumir que también sería útil reaccionar contra la partitocracia y reclamar reformas de legislación electoral pro ciudadanía: elecciones presidenciales y sistema de diputado de distrito.

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Concluyendo, la izquierda no va a ser tan ingenua y entreguista como la derecha sociológica y el “nuevo centro-izquierdismo”. Veremos una Nación Española menos libre, menos próspera y más atacada, ante lo cual conviene reaccionar y tener coraje. Navarra Confidencial lo tiene claro.