Ayer se admitió a trámite en el Congreso de los Diputados una proposición de ley del Parlamento de Cataluña para despenalizar la eutanasia. Es decir, por 173 votos a favor, 135 en contra y 32 abstenciones se iniciará el trámite parlamentario para debatir y aprobar o rechazar la legalización de la eutanasia en España. La admisión a trámite de la propuesta fue apoyada por el PSOE y Podemos, mientras que fue rechazada por el PP y UPN y Ciudadanos se abstuvo.
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La vida indigna
En contra de la pena de muerte se suele alegar que toda vida es digna, irreemplazable y preciosa, por lo que que ni al más horrible pederasta, terrorista o asesino en serie se le puede quitar la vida. Por contra, tras la defensa de la eutanasia se encuentra la idea de que no toda vida es digna ni preciosa. Hay vidas que no merecen vivirse y hay que regular una forma de acabar con esas vidas. Paradójicamente el tipo de vida que se considera indigna y no merecedora de ser vivida no es la de pederastas, violadores, asesinos en serie o terroristas, sino la de personas ancianas, personas enfermas y personas deprimidas.
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¿Quién decide que una vida es indigna?
La defensa de la eutanasia suele apoyarse también en el principio de que es uno mismo el que decide que su vida es indigna y que es por tanto en nombre de su sagrada libertad que debe poder quitársela. Después nos están limitando la sagrada libertad constantemente para cualquier cosa, pero para matarnos hay que respetárnosla. Sin embargo, cuando se dice que es uno el que decide quitarse la vida, seguramente estamos simplificando mucho la forma en que uno decide quitarse la vida. Es decir, ¿realmente es uno el que decide que su vida no merece la pena ser vivida? ¿O existen una serie de paradigmas sociales que como poco influyen en nuestra propia percepción de si la vida merece o no merece la pena de ser vivida? ¿Qué tipo de personas van a pedir la eutanasia? ¿Cualquier tipo de persona o las viejas, enfermas y deprimidas?
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Eutanasia y eugenesia
Evidentemente habría una diferencia notable entre una ley que dijera que la gente tiene derecho a suicidarse y otra que dijera que los judíos y los cojos, tienen derecho a suicidarse. ¿Pero y si en la práctica, aunque la ley no los nombrara específicamente, sólo se suicidaran los judíos y los cojos? En primer lugar tendríamos que pensar si nos encontramos ante una ley destinada a ampliar los derechos de la población en general o a exterminar a un determinado segmento de la población en particular. En segundo lugar tendríamos que analizar también si una sociedad que permite el suicidio de los enfermos, los deprimidos y los viejos no es al mismo tiempo una sociedad que hace creer a los enfermos, los deprimidos y los viejos que su vida es indigna y no merece ser vivida. Desde luego existen bastantes evidencias de que vivimos en una sociedad decadente en la que se rinde culto a la belleza, la juventud, los cuerpos ciclados y los cerebros y corazones vacíos. ¿Tienes menos de 1.000 seguidores en Facebook? Suicídate tío, tu vida no tiene sentido.
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Paradójicamente, cuando alguien se sube a un décimo piso amenazando con lanzarse al vacío la sociedad despliega todo un dispositivo de bomberos, ambulancias, policías y psicólogos que disuadan al suicida de acabar con su vida. Llegado el caso los bomberos lo agarran por el pescuezo o colocan un colchón de aire que frustre el intento autodestructivo. Por el contrario, se nos propone un mecanismo para matar a las personas que no pueden suicidarse. Es decir, al que pude matarse por sí mismo se lo impedimos y al que no puede le ayudamos. ¿Seguro que no nos equivocamos en alguno de los dos casos?
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Sea como sea, una vez más tenemos el debate sobre la eutanasia y volverá una y otra vez hasta que se apruebe, porque para saber qué va a pasar con la eutanasia basta con buscar en internet qué es lo que quiere Soros. No tanto porque Soros sea omnipotente y nosotros paranoicos como porque Soros es un buen termómetro del pensamiento dominante y políticamente correcto. El día que personajes como Soros no estén en la cima de la pirámide social será que el pensamiento dominante ha cambiado. El que desde luego no parece que esté pensando en su eutanasia es el propio Soros. Su esposa y heredera 41 años menor sí que acaso pueda ver la cosa de otro modo.
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4 respuestas
No me queda claro si no habéis entendido nada de lo que se votó ayer en el congreso, o estáis retorciendo argumentos para reconducir el debate con premisas falaces.
Que les pregunten a los holandeses mayores de 70 años y con diagnósticos complicados que salen huyendo del país. Ellos sí que tienen muy claro lo de la vida indigna, decidida por otros, claro
Jabier, por dios, qué cosas dices!
Esto es Navarra Confidencial
Oye!, perroflauta y Javier (perdón Jabier), como se entrenan, ¿no? .
Da gusto leer sus finos y humanitarios argumentos a favor de la eutanasia. ¡Huy!, perdón otra vez, a favor de la muerte digna.
Es que total, están tan malitos los enfermos que se van a morir de todas formas. Claro que… sí están tan malitos, ¿por qué no les dejamos que se mueran en su momento y les ailviamos hasta que llegue, su dolor?. Es que si no puede parecer que somos nosotros los que tenemos prisa porque se mueran.
La veda del ser humano no se puede abrir: mataremos también a enfermos no terminales, aunque estos también deben morir «cuando les toque», ni un minuto antes. Eso si, debidamente atendidos mediante cuidados paliativos.