Meterse tanto ahora con Enrique Goñi es un poco cobarde

¿Qué hace Enrique Goñi todo el día en el Parlamento? En realidad, lucirse a cuenta de la escasa cualificación financiera de los diputados, particularmente Koldo Martínez, reducido a leer unas chuletas que le preparan para evitar que haga el ridículo. La continua presencia de Goñi en la cámara foral evidencia también todo el tiempo que, como nos temíamos, parece que les sobra a los diputados navarros, a muchos de ellos por lo menos.

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Estamos en mayo de 2018. La CAN empezó a diluirse en 2010 con Banca Cívica y fue absorbida por CaixaBank en agosto de 2012. En 2015 CaixaBank suprimió la marca CAN, que desapareció de las sucursales navarras. Hace 3 años que el cuatripartito llegó al poder. ¿Qué hacemos todavía hablando de Enrique Goñi? Claro, para algunos mejor hablar de Enrique Goñi y de Franco que de filtraciones de temarios, de concursos amañados, de Davalor, del matrimonio institucional entre Barcos y Urkullu, de la imposición del vascuence, de que el paro baja menos que en el conjunto de España, del infierno fiscal, de la fuga de grandes contribuyentes, de la plaga de ikurriñas o del transfugismo.

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Hacer leña del árbol caído

No deja de resultar un tanto curioso que toda esta combatividad contra Goñi llegue años después de la caída de Goñi. A buenas horas empiezan algunos a cuestionar a Goñi. El ardor con el que lo hacen huele a mecanismo compensatorio. O sea, que resulta directamente proporcional al estruendoso, servil y temeroso silencio que guardaron durante años.

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A buenas horas mangas verdes

A Goñi había que criticarle antes de que cayera la CAN, porque si pudiéramos rellenar la quiniela el lunes todos seríamos ricos. A Goñi había que criticarle cuando a continuación había que ir a la CAN a pedir un crédito para el periódico, la empresa o el partido de uno. A Goñi había que criticarle cuando la publicidad de la CAN representaba una parte significativa de los ingresos de un medio. Ciertamente hubo quienes criticaron a Goñi, sus Saviálogos y su corte de fantasmones antes de que cayera la CAN, anticipando que no era oro todo lo que relucía y que había problemas, pero aquellos no fueron los que ahora, cuando no se juegan nada, le quieren crucificar. Un ejemplo: Kontuz aparece (o reaparece) en junio de 2012, cuando la CAN ya se había diluido en Banca Cívica, ya había suspendido el test de estrés, ya había fracasado en su intento de captar la inversión de Flowers, ya habían estallado los escándalos de las preferentes y los swaps, ya había salido a bolsa, ya se habían conocido los escándalos de las dietas, de los súper-sueldos, de los relojes, de las inversiones ruinosas, de los cierres de sucursales, de los seguros de vida para cobrar una pasta si nadie se moría, Asiáin ya había sucedido a Goñi,  y ya se había anunciado la fusión con CaixaBank. Por cierto, ¿dónde está ahora Kontuz? Cuando allá por 2008 la CAN acudía a la primera subasta de liquidez del Fondo de Adquisición de Activos Financieros del Gobierno. tratando de asegurarnos en un vídeo que no lo hacían por necesidad ni porque atravesaran ninguna difucultad, sino porque «lo mires por donde lo mires es un chollo”, ¿desde cuántas tribunas que ahora claman contra Goñi se advirtió que aquello era una señal de alarma?. ¿Cuántas de esas tribunas en lo que estuvieron poco después no fue en que la CAN no se diluyera, sino que se diluyera en la banca vasca?

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La CAN no ha muerto, se ha transformado, como la madre de Bambi

Efectivamente, aún existe una fundación que tiene una acciones, valoradas en una fracción de lo que un día valió la CAN, pero intenté buscar usted algún resto de la CAN en la sucursal que había antes en la esquina de su casa. Según el principio de la conservación de la energía, esta ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Goñi alega que la CAN, como todo, no ha desaparecido, sino que se ha transformado. Lo que pasa es que eso es un poco como decirle al niño que la madre de Bambi no ha muerto, que se ha transformado y que ahora sus partículas forman parte del paisaje, del aire que respiramos y de todos nosotros, o que está en el cielo de los ciervos.

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A moro muerto gran lanzada

Por lo demás, es evidente que Goñi vive en un mundo paralelo, en el que lo hizo todo bien y en el que la CAN todavía goza de buena salud. El hecho es que eso da igual. Dejemos a Goñi con su ensoñación. El quizá no sabe que puede hacer las cosas mal. Seguramente su ego no puede aceptar que tenía en sus manos una entidad financiera potente que ahora está con la madre de Bambi, y que eso ha pasado bajo su mando. O acaso cree que puesto que hizo más o menos lo mismo que los demás dinosaurios eso es no equivocarse. Lo cierto es que arrearle ahora a Goñi resulta innecesario y cruel. O lo sería si fueran capaces de arrearle, que resulta que ni eso aunque lo tengan todo el día metido en la cámara, porque encima Goñi en el cuerpo a cuerpo ha resultado buen fajador.

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