Al caso Alfie no se ha llegado de repente o por casualidad.
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Llevamos recorriendo un largo camino de pérdida de patria potestad y de imposiciones estatales.
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El gobierno no sólo nos esquilma con nuestros impuestos y decide qué hacer con nuestro dinero, sino que le hemos permitido meterse dónde nadie le llamaba y dónde nunca debió estar: en la educación de nuestros hijos, en la definición de la moralidad, en la imposición del pensamiento correcto.
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Primero han decidido quién debe de nacer y quién no y ha ofrecido el aborto como medida de eugenesia social.
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A continuación han conseguido que los padres legalmente no podamos opinar sobre ciertas decisiones concretas de nuestros hijos menores ( por ejemplo en cuanto a un posible dilema de identidad sexual, a la decisión de si abortan o no..)
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Los padres, aunque naturalmente tengamos el derecho a decidir sobre la educación de nuestros hijos, no podemos ejercerlo porque papá estado ha decidido qué tipo de educación nos conviene y tiene las herramientas necesarias para ahogar toda propuesta pedagógica que no sea la que papá estado considera oportuna.
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Los padres por ley tendríamos que enseñar a nuestros hijos la ideología de moda, que el estado presionado por el NOM y los lobbies de moda han decidido que es la que conviene y han impuesto en toda la enseñanza.
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Y todos estamos tragando. De vez en cuando se ve algún padre corajudo que se revela contra este robo de la patria potestad, y reclama libertad para ejercer su función, pero rápidamente la administración se lanza contra él y es anulado. Le sobreviene rápidamente la muerte civil.
Hemos ido cediendo en todo, es normal que papá estado, que tan bien conoce a nuestros hijos y tanto les quiere, decida si conviene que vivan o no vivan.
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Les hemos dejado decidir cuándo han de nacer, quién no debe nacer, cómo tienen que vivir y ahora estamos ya preparados para asumir que decidan cuando tienen que morir.
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Bienvenidos a la abolición del hombre. ¿O te vas rebelar?
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Mientras lo decidimos, recemos por Alfie y sus padres .Es un caso que nos afecta a todos los padres.
