Nadie vio nada. Las identificaciones no son fiables. Lo de Alsasua nunca debió ocurrir pero fue una pelea de bar sin importancia saldada con una torcedura de tobillo fruto de un tropezón del teniente con un bordillo. Apoyamos totalmente a los acusados pero somos más antiviolencia que nadie, sorbemos y soplamos a la vez con idéntica potencia. Sin embargo, las identificaciones de los agresores carecen totalmente de rigor. Los guardias civiles estaban borrachos y aturdidos. Suponiendo que realmente hubieran recibido los golpes que denuncian, no estarían en condiciones mentales de reconocer a nadie. Los forales a las órdenes de Beaumont llegaron cuando todo había acabado. Es posible que hubiera habido una peleílla, es rechazable que la hubiera (no nos gusta la palabra condena) pero es imposible identificar a los agresores. Ni un testigo va a confirmar las acusaciones de las víctimas. Ni el dueño del bar se enteró de que estaba pasando algo. ¿Pero ha pasado algo? Ha sido Fuenteovejuna. Todos somos Adur, Jokin y Oihan. En un clima de libertad y normalidad la totalidad de los testigos testificarán a favor de Toni Soprano, cambiando su declaración previa si resulta preciso.
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…pero son nuestros hijos de puta
Ni terrorismo, ni trifulca, ni nada. Tal vez les parezca exagerado todo lo anterior, pero el nacionalismo ya está en pleno proceso de exculpación total de los acusados. De haber algo fue una «trifulca», pero salvo propia confesión es imposible identificar a ninguno de los participantes.
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El paso siguiente a la impunidad por la agresión y a sentar el precedente de esa impunidad será el homenaje a los agresores, que a buen seguro recibirán en Pamplona y Alsasua como si fueran astronautas que volvieran de Marte, por cierto el dios de la guerra.
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Si podemos hacer esto a dos guardias civiles, imagínate a tí
No hace falta matar para sembrar el terror. Con todos los resortes de la administración foral en sus manos la violencia puede ser un ingrediente puntual, pero con carácter general basta con condicionar el reparto de contratos, empleo y dinero. ¿Cómo va convertirse en abertzale una comunidad no abertzale? La respuesta es sencilla: convirtiendo en insoportable la vida de todos los no abertzales. Barrio a barrio. Localidad a localidad. Empezando por las más pequeñas y acabando por las más grandes. La gente no quiere problemas. Haciendo que sea mucho más duro estar frente a ellos que junto a ellos. Bienvenidos todos a la Navarra del cambio.