En el Ayuntamiento de Pamplona manda Bildu y, pese al proceso de normalización y blanqueamiento permanente, Bildu es Bildu. Aunque lo primero que se intentó ante las amenazas a los comerciantes que habían criticado el plan de “amabilización” fue negar la mayor, durante el Carnaval los hechos resultaron innegables pues existía amplia evidencia fotográfica de la existencia de una carroza adornada con una guillotina y los nombres de una serie de marcas y establecimientos. El asunto llegó el lunes a la comisión de presidencia del Ayuntamiento de Pamplona, donde el cuatripartito volvió a quedar retratado.
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Edurne Eguino (I-E) alegó que en todas las democracias se asume la libertad de expresión.
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En esa misma línea, Itziar Gómez (Geroa Bai) argumentó que “vivimos tiempos oscuros donde se condenan las opiniones de aquellas personas que no comulgan con el poder establecido porque molestan. No obstante, es fundamental defender la libertad de expresión”. Pues sí, que se lo digan a Eulogio López, a Alicia Rubio, a la profesora del Instituto de Tafalla expedientada, o al autobús de Hazteoír.
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Es más, que se lo digan a los comerciantes de Pamplona.
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¿Cómo es que el cuatripartito avala las amenazas a la libertad de expresión en nombre de la libertad de expresión?
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¿No se dan cuenta de su contradicción?
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Lo que hace el cuatripartito no es defender la libertad de expresión, sino todo lo contrario, tapar la boca a quienes han osado criticar el plan de “amabilización” del Ayuntamiento. Lo que hacen los concejales del cambio es, digámoslo claramente, exactamente lo contrario de defender la libertad de expresión.
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La portavoz de Aranzadi, Laura Berro, intervino para decir que “los hechos no son como los pintan” y que “podemos discutir sobre el buen o mal gusto del asunto, pero en Pamplona no se vive en amenaza o coacción”. Efectivamente, los ciudadanos de Pamplona gozan de toda la libertad del mundo para decir que el Ayuntamiento es maravilloso y Laura Berro un portento.
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Donde empieza la izquierda abertzale, acaba la libertad
El portavoz de Bildu, Aritz Romeo, hizo un parón en la búsqueda en la que lleva empeñado hace más de dos años, para ver si encuentra las famosas grabaciones de “¡Asirón, ejecución!, para explicar que “vulnerar la libertad de expresión es inaceptable” (otra cosa hubiera sido una guillotina y una foto de Asirón, en vez de un inexistente grito de Asirón ejecución), añadiendo que “se trata de una carroza de Carnavales”. Lo cierto es que el mensaje del cuatripartito a los que señalan a los comerciantes es que no sólo no los condenan sino que pueden contar con su apoyo político en las instituciones.
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El cuatripartito, por consiguiente, no sólo no condenó los hechos sino que también votó en contra de retirar las subvenciones a grupos que fomenten las amenazas. Porque efectivamente, en la gozosa Pamplona de la que hablaba la portentosa Laura Berro lo justo es que los amenazados encima paguen a los que les amenazan.
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Un comentario
«¡Oye!, que ha llamado Asirón a la sede para decir que hay que sacar una carroza en carnaval para amedrentar a los comerciantes que le critican» «Vale tío, voy a llamar a la peña y me pongo a ello, agur» ¡Aupa!