La rueda de prensa tras el respaldo al laurismo de los servicios jurídicos del Parlamento de Navarra dio lugar a una serie de declaraciones e informaciones que han pasado un tanto inadvertidas. Laura Pérez, que se encuentra suspendida de militancia por el expediente abierto contra ella por el partido, declaró por ejemplo que va a presentar alegaciones al expediente para «desmontar todas y cada una de las acusaciones y van a tener difícil la expulsión». Pérez señaló además que «la sanción que conlleva la expulsión tiene que ser probada y motivada», y que se siente “bastante tranquila porque en ningún caso e infringido el código ético, siempre he actuado con lealtad al proyecto y al partido. Pienso que bien explicado esto no va a tener mayor recorrido y esperemos podamos seguir trabajando cuanto antes con absolutamente normalidad».
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Por el contrario, la situación del grupo parlamentario de Podemos se puede calificar de cualquier modo menos de “normalidad”. Pero lo más importante respecto a la posibilidad de que Laura Pérez sea expulsada de Podemos no lo dijo la propia Laura Pérez sino Carlos Couso, el nuevo portavoz, advirtiendo de que en caso de que Laura Pérez fuera expulsada del partido «trabajaríamos para que Laura no tuviera que irse como parlamentaria no adscrita y trabajaríamos para que el grupo no se rompa, y de esta manera mantener también la representatividad que tenemos en cada comisión, de tal manera que no se pierda la mayoría del cuatripartito en ninguno de los órganos».
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Aunque sea como tránsfuga
La declaración de Couso resulta particularmente interesante porque nos informa de que, en caso de Podemos expulse a Laura Pérez, ésta no renunciaría a su escaño en el Parlamento de Navarra, y que las alternativas serían tratar de buscar la forma de que siguiera formando parte del grupo parlamentario o que pasara a ser parlamentaria no adscrita; o tránsfuga, en román paladino. Lo que de ningún modo haría es dejar el asiento que consiguió gracias a las siglas de su partido. Que esto lo diga Couso y no la propia Laura Pérez indica que se trata de una asunto hablado entre ellos y respecto al que existe una posición fijada.
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Lo que dirían si esto hubiera pasado en UPN, por ejemplo
Sin duda la información resulta relevante de cara a posibles acontecimientos futuros tanto en lo que respecta a la crisis interna de Podemos como en general a la política navarra, pero sobre todo indica también la verdadera forma de entender el poder de estas personas que venían a representar a “la gente”, a regenerar el sistema y a demostrar que existía otra forma de hacer política. Ya vemos lo que decían y la auténtica la forma de hacer y entender la política que están demostrando. Imaginen que esto pasara por ejemplo en UPN, que a Esparza le hubiera ganado otro candidato por 28 votos y que Esparza hubiera dado un golpe de mano secuestrando el grupo parlamentario. O que Catalán le hubiera ganado a Barcina por 28 votos y Barcina no hubiera aceptado el resultado. Para empezar todo eso resulta bastante impensable fuera del maravilloso mundo de la izquierda radical, pero todo eso que se hubiera dicho si algo así hubiera pasado en UPN, como poco se puede decir ahora de Laura Pérez y de Podemos.
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Un comentario
Luchas de poder.
La próxima lista de Podemos la prepara otra persona distinta a la que hizo la lista actual. Por lo tanto peligra el sencillo y rentable modo de vida de algunos diputados que no son los más cercanos a la nueva dueña.
Éstos no tienen nada que perder porque nada tienen fuera de la política. Ninguno tiene un gran trabajo esperándole. Nada equiparable a sentarse a la sopa boba para pulsar el botón que le manden pulsar. Ante esta expectativa, la lucha por mantener la mamandurria es encarnizada y no conoce cuartel.
Para eso están ahí, para repartirse el botín y vivir del cuento. Para nada más, ya que no representan a nadie y esto no es más que un régimen de partidos, una Oligarquía que se reparte el Estado.