ANV y Nafarroa Nai, junto al PSN, votaron juntos para sacar adelante una moción amenazando a la alcaldesa de Pamplona con que, si no destituye al jefe de la policía municipal en un plazo de dos meses, será reprobada como alcaldesa por las fuerzas que han aprobado la moción. Paradójicamente, PSN ha mostrado un aparatoso enfado al ser acusado de pretender sacar adelante esta moción de la mano de ANV, poco antes de que efectivamente así lo hiciera.
¿El objeto de la moción?
Mariné Pueyo, portavoz municipal de ANV, recordó abiertamente al PSN durante su intervención que "les guste o no les guste, necesitan de nuestros votos” para sacar adelante la moción. La representante de ANV, sin embargo, reprochó al PSN que "se supone que la reprobación es el primer paso para una moción de censura, y sin embargo, dicen que eso es irrealizable, así que no entiendo cuál es el objetivo de la moción”. Efectivamente, la reprobación no tiene efecto ejecutivo alguno. Si el PSN no está dispuesto a pasar de la reprobación a la moción de censura, cabe preguntarse cuál es –más allá de la propaganda- el objeto real de la moción. Pueyo ofreció los votos de ANV al PSN para iniciar una moción de censura contra Yolanda Barcina: : “Saben que los tienen a su disposición desde mayo de 2007 para que Barcina se vaya”.
Hace una semana, el Congreso pidió la desaparición del ministerio de Bibiana Aido.
Llama la atención recordar cómo hace tan sólo una semana era el Congreso de los Diputados el que, imponiendo al gobierno de Zapatero una mayoría alternativa, aprobaba una moción de ERC exigiendo la desaparición de los ministerios de Cultura, Igualdad y Vivienda. El PSOE respondió a este requerimiento asegurando que mantendría esos ministerios “le moleste a quien le moleste”. El PSOE fijaba así postura ante requerimientos similares como el del ayuntamiento de Pamplona.
El posible pacto entre Sanz y el PSN que Barcina rechazó.
La posibilidad de que dicho pacto se hubiera producido durante el fin de semana, y que la alcaldesa de Pamplona y presidenta de UPN lo hubiera rechazado, la puso sobre el tapete Diario de Noticias citando “fuentes socialistas”. Ayer mismo Miguel Sanz rechazaba que existiera este pacto sobre un asunto que incumbe a Yolanda Barcina, pero sin embargo confirmaba tanto su reunión con Roberto Jiménez como que una de las cuestiones tratadas era la reprobación de Simón Santamaría. El acuerdo, de existir, habría consistido en echar atrás la reprobación contra Yolanda Barcina a cambio de que ésta admitiera abrir el debate para consensuar un nuevo modelo de Policía Municipal. El debate debería incluir los nombres de los futuros responsables de la policía, lo que en la práctica suponía la destitución de Simón Santamaría y dejar en manos de la oposición los nombramientos de los cargos de confianza de la alcaldesa, a quien corresponde la potestad de su nombramiento y no al pleno del ayuntamiento. Pese a venir respaldada por Sanz y Jiménez, Yolanda Barcina habría rechazado esta intromisión en sus atribuciones y contra su equipo, por lo que finalmente no hubo acuerdo y el ultimátum contra la alcaldesa salió adelante. Sanz respaldo a la alcaldesa pero declaró que sus posibles discrepancias, en todo caso, siempre las discutiría internamente.