Efectivamente, en un mundo imperfecto como el que habitamos de vez en cuando no queda más remedio que hablar del sainete del separatismo catalán, que ayer escribió un nuevo capítulo con la pillada a Toni Comín, exconsejero de Puigdemont también fugado en Bruselas. Nada menos que el programa de Ana Rosa se convirtió en el verdugo del president al capturar en la pantalla del móvil de Comín los inconfesables mensajes que honorable intercambiaba con él respecto a su absoluto fracaso.
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Esto se ha terminado.
Los nuestros nos han sacrificado.
El plan de Moncloa triunfa.
El plan de Moncloa triunfa. Solo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no, el ridículo histórico, es histórico…
Esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia.
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La “pillada” tuvo lugar en Bélgica, mientras Comín asistía a un mitin del separatismo flamenco. El exconsejero, no obstante estar rodeado de periodistas, combatía el comprensible sopor leyendo los mensajes que le enviaba Puigdemont. Puesto que los periodistas estaban junto a él y grabando literalmente por encima del hombro, al revisar las grabaciones se encontraron con que todos los mensajes del móvil resultaban legibles. La pregunta es si Comín estaría o no por la labor.
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Aunque hay quien ha intentado desviar el debate hacia la legitimidad de haber obtenido esa información saltándose la intimidad del exconsejero, lo cierto es que la difusión del contenido de esos mensajes no hay barrera que la pare. Podrían fusilar al cámara por su pecado, si lo tiene, que ni por ello dejarían de existir ya los mensajes, por lo demás reconocidos por el propio Puigdemont, ni podrían extirpárnoslos a todos de la memoria como si no los supiéramos y como si el trampantojo del separatismo, que de puertas para adentro ya se sabe derrotado, no hubiera quedado por completo al descubierto.
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Puestos a buscar un escándalo alternativo, son los propios mensajes desvelados los que nos ofrecen la pista de uno, donde dice Puigdemont que hay un plan de Moncloa y que ese plan, si triunfa, supondría que puieran salir a la calle todos los encarcelados. ¿Qué plan es ése? ¿Salir a la calle todos los encarcelados? ¿Decidido por quién? ¿A cambio de qué? No queremos dejar de saber lo que ya sabemos, en todo caso queremos saber más.
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Pablo Iglesias, como viene siendo costumbre a lo largo de los últimos meses, no pudo dejar pasar ayer tampoco una nueva ocasión de hacer el ridículo, ya que cuando se le preguntó sobre este asunto se dedicó a responder hablando de los bomberos. Que lo que le preocupa son los trabajadores y las trabajadores del cuerpo de bomberos y que no le preguntemos por mensajitos. Como si no pudiera estar preocupado por los bomberos y hablar de los mensajes de Puigdemont. Como si no se pudiera hablar de nada en este país hasta que Pablo Iglesias no decida que ya está total y definitivamente resuelto lo que quiera que le preocupe a Pablo Iglesias sobre los bomberos. A ver si pregunte lo pregunte Podemos a cualquiera ya sólo se le responde hablando de bomberos. Que tampoco nos engañemos. El agujero que le ha hecho el independentismo a la economía catalana tendrá repercusiones sobre la Educación, la Sanidad y los bomberos, pero no hablemos de cómo Podemos se ha convertido en la patita, con a, de la derecha separatista corrupta.
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Todo lo anterior, no obstante, podría ser sólo incoherente, hipócrita o ilógico, pero no ridículo si no fuera porque el circo podemita tiene ya una hemeroteca consolidada. ¿O creen que no nos acordamos de aquel “tramabús” que pasearon por toda España en el que aparecía Rajoy mandándole mensajes de ánimo a Bárcenas en una pose idéntica a la de Toni Comín leyendo los mensajes de Puigdemont? ¿Cuántos bomberos aparecían en aquel autobús?
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Un comentario
Una pena Iglesias, hace dos años estábamos contigo de acuerdo en varias cosas (puertas giratorias, poder de bancos y grandes empresas y relación con políticos, etc.). Todo lo has tirado por la borda por tu dictatorial y egocéntrica personalidad. Así que me alegré cuando vi que tu valoración fue la peor de los políticos españoles, peor que la de Rajoy, lo que en un país donde a la gente le encanta decir en público lo espantosa que es la derecha, tiene su gracia. La gente se ha dado cuenta que sois «ultras» y España ha demostrado ser un país moderado.
Una pena, os estáis convirtiendo en una fuerza residual.