Las purgas internas y la devastadora hemeroteca de Podemos en Navarra

Un partido cuyos referentes son Castro, Madura, Chávez, Lenin y la revolución rusa de 1917, como que muy plural y democrático no puede ser. Una cosa es que presuma constantemente de libertad, como se presume en Cuba, en Venezuela, etc, y otra cosa la realidad. Dime de qué presumes y te enseñaré la hemeroteca. Parece que estamos hablando todo el día de Podemos, pero solemos hacerlo en los términos que marca Podemos. Sin embargo, si nos detenemos un momento y volvemos la cabeza vemos que lo de Laura Pérez es la regla y no la excepción, de hecho estaba cantado.

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Hace una eternidad política, en febrero de 2017, Podemos celebraba el segundo congreso de su existencia, Vistalegre 2. A nadie se la escapaba entonces y menos ahora la purga estalinista que se había producido entre Vistalegre 1 en 2014 y Vistalegre 2 en 2017. ¿Se acuerdan ustedes de personajes ahora desaparecidos como Bescansa, Monedero y Errejón? La cosa resulta particularmente ilustrativa del totalitarismo interno de Podemos en la medida en que entre todos estos personajes no existen mayores diferencias ideológicas. Han sido devorados meramente por cuestionar la divinidad del faraón. De todos los líderes que acompañaban en la foto a Pablo Iglesias en Vistalegre 1, en Vistalegre 2 no es que quedaran pocos, es que no quedaba ninguno.

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Vistalegre 2, por lo demás, ya apuntaba la liquidación política de Laura Pérez porque, como les referíamos entonces, de los 4 navarros que aspiraban a un puesto en la ejecutiva sólo lo consiguieron 3, todos ellos afines a Pablo Iglesias, a saber: Ione Belarra, Idoia Villanueva y Guillén Carroza. El candidato de Laura Pérez, Carlos Couso, perteneciente a la facción de los “Anticapitalistas”, fue el único que se quedó fuera. Es curioso porque tras aquel fracaso de la líder podemita en Navarra concluimos que “Laura Pérez tiene todas las papeletas para ser defenestrada en cuanto se presente una oportunidad”, que es justo lo que ha pasado ahora. En realidad hace unos meses ya, cuando perdió en las primarias la secretaría general.

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No es sólo Laura Pérez. Los podemitas purgados en Navarra son legión

Allá por enero de 2017, poco antes de Vistalegre 2, cuando imperaba Laura Pérez, Margarita Agudo, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en Navarra, publicaba un artículo denunciando el “desprecio de la Secretaria General por el debate en el Consejo Ciudadano”, el cual se ha manifestado por ejemplo “en las posturas de Podemos respecto a la modificación del PAI, la OPE de Educación, las rebajas en las desgravaciones por planes de pensiones, o las que tienen que ver con el día de Navarra como día del euskera, o, quizás, como día de Euskadi. Lo último ha sido el comunicado en favor del acercamiento de los presos de ETA, cuyo contenido, al incumplir nuestro programa político, ha suscitado el rechazo de algunos miembros del Consejo Ciudadano. Entre los que me incluyo”.

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El texto también recordaba que, en su momento, “en el Consejo Ciudadano nos hemos enterado por la prensa de nombramientos tales como la Presidencia del Parlamento o la senadora por Navarra”.

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En aquel artículo, incluso, se denunciaba que el apoyo de Podemos al Acuerdo Programático que sustenta al gobierno foral podía representar un auténtico fraude, “toda vez que nuestros estatutos exigen que estos acuerdos sean refrendados por la Asamblea, y con una participación mínima del 10% de los inscritos. Durante todo el verano del 2015 se nos dijo que, por problemas informáticos, no se facilitaba el porcentaje de participación en esta consulta. Hasta que nos enteramos que realmente no se había llegado a ese 10%”.

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Estos y otros eran algunos de los hechos en virtud de los cuales, según Margarita Agudo, ponían en evidencia “el liderazgo autoritario, caprichoso y hasta despótico de Laura Pérez Ruano, ya denunciado por la exparlamentaria Fátima Andreo”.

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¿Se acuerdan de Fátima Andreo? Andreo, diputada foral por Podemos, dimitió en noviembre de 2016 abandonando su escaño, acusando a Laura Pérez de “Una dirección caótica y desorganizada”, y de presentar “propuestas descabelladas”. Además señaló que a la dirección de Laura Pérez “le sobra desconfianza hacia las y los suyos, autoritarismo, difamación, improvisación; y a la que le faltan dosis de realidad,responsabilidad, transparencia y trabajo serio”.

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Pero hay más.

La dimisión de Andreo fue precedida por una crisis en el Consejo Ciudadano de Podemos en Navarra, en virtud de la cual entre febrero de 2015 y septiembre del 2016 dimitieron 10 de sus 34 miembros. Este órgano quedó por tanto en cuadro y ante un evidente problema de representatitividad.

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Por el contrario, una vez derrotada Laura Pérez en las primarias de mayo de 2017, primarias cuyo resultado nunca terminó de acatar la afectada, fue la facción de los lauristas la que empezó a ser masacrada por la nueva dirección. Así, en el mes de diciembre, Podemos abrió expediente tras una rocambolesca denuncia interna a las parlamentarias Laura Pérez y Fanny Carrillo, así como a otros 13 afiliados más.

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No podemos quedarnos por tanto con la expulsión de Laura Pérez como un hecho aislado, ya que tanto en Navarra como a escala nacional se aprecia que Podemos es una trituradora política, un reflejo de la serie favorita de Pablo Iglesias, en la que quien se sienta en el trono de hierro liquida a sus rivales hasta que otra persona ocupa el trono de hierro y liquida a los suyos. Para ser justos, sin embargo, no diremos que la organización de los comunistas es una copia de Juego deTronos sino que Juego de Tronos se inspira en la organización de los comunistas.

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La duda ahora es si Laura Pérez y su facción, pero particularmente ella, abandona el escaño, se hace tránsfuga, se pasa a Bildu, vuelve a Artica a dedicarse a la poesía, le intenta hacer a Aznárez un Pedro Sánchez o, dicen las malas lenguas, acaba en un Zara como dependienta. Sea lo que sea, cabe preguntarse si los 46.000 navarros desilusionados con la vieja política que les votaron era todo esto lo que esperaban de los líderes de Podemos.