Menos mal que Manu Ayerdi, el vicepresidente de Desarrollo Económico, era el que sabía de esto en el equipo de Barcos. Cómo serán los demás. La ultima de Ayerdi es que él mismo impulsó desde la oposición en 2014 una reforma de la Ley Foral de la Hacienda Pública determinando que, por ejemplo, SODENA necesite una autorización parlamentaria para conceder préstamos o avales por encima de ciertos límites.
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Pues bien, resulta que SODENA tenía que haber solicitado esta autorización parlamentaria por sendos préstamos a Senaviva y Dinamobel, por valor de 7,2 millones de euros. También en el último año de UPN hubo inclumpliento por valor de 1,9 millones, pero claro, no le vamos a pedir responsabilidades al que ya no es responsable. Por contra, Ayerdi no sólo es el impulsor de la ley que él mismo ha inclumplido sino que es el presidente de SODENA, por lo que lógicamente pasó el miércoles pasado un mal rato en el Parlamento. Utilizando las propias palabras literales del vicepresidente: “Cuando se advirtió de la situación pensé, mecagüen la mar, cómo puede ser que me pase esto a mí”. Pues nada, no se preocupe señor vicepresidente. A fin de cuentas no es dinero de su bolsillo. Seremos el conjunto de los contribuyentes los que seguramente, si acaso, tendremos algún problemilla con la mar.
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El caso es que la comparecencia de Ayerdi puso sobre el tapete otro asunto de no menor gravedad. No es que le vayamos a prestar a través de SODENA cuatro millones de euros a Sendaviva, sino que Sendaviva acumula ya una deuda de 63,5 millones de euros con SODENA.
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La Teoría del Cristal Roto y SODENA
Para ilustrar la cifra de que Sendaviva debe 63,5 millones de euros, es preciso añadir el dato de que el año pasado se estima que perdió 2,48 millones y el anterior 2,5. Para el año que viene se maneja un escenario positivo en el que Sendaviva pierde 1,99 millones y otro más prudente en el que pierde 2,41. Pero nos dicen que a pesar de todo Sendaviva es un negocio muy bueno porque produce unas sinergias y unos retornos fantásticos. Es de temer que efectivamente sean fantásticos. Lamentablemente la mayoría de nuestros políticos invierten nuestro dinero con algún tipo de variante de la Teoría del Cristal Roto en su cabecita. La idea es que, aunque Sendaviva pierda 2,5 millones, sin embargo es negocio prestarle 4 porque así hay gente que visita los pueblos de la zona, reserva habitaciones en los hoteles, come en los restaurantes y llena el depósito en las gasolineras. Obviamente la idea es absurda.
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Si la idea tuviera sentido, sería magnífico vivir en una comunidad en la que todos los negocios fueran ruinosos. Se viviría igual de bien en una comunidad en la que todos los negocios ganan dinero que en otra en la que todos lo pierden. Gestionar mal el dinero público sería imposible porque no habría malas inversiones. La realidad es que si en vez de prestar 4 millones de los contribuyentes a Sendaviva se dejaran 4 millones más en los bolsillos de los contribuyentes, esos 4 millones generarían el mismo retorno o más porque la gente los usaría para visitar pueblos, llenar el depósito, comer en restaurantes o comprarse zapatos, pero además no tendríamos una pérdida de 2,5 millones.
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Muerte a SODENA
El gobierno no se tiene que dedicar a sostener artificialmente negocios ruinosos con el dinero del contribuyente sino a facilitar los negocios y el comercio de modo que si uno falla se abran tres. La realidad de SODENA es que si la hubiéramos dinamitado hace unos años ahora tendríamos cientos de millones más en los bolsillos, o no tendríamos un agujero de 57 millones sólo en Sendaviva, por no hablar de Davalor. Incluso en los casos en que SODENA o Nafinco (ahora en Sodena) han avalado préstamos con algún éxito, en general simplemente se ha trasladado al contribuyente un riesgo que era de los bancos y que estos, exigiendo un aval público, han trasladado del bolsillo de sus accionistas a los presupuestos. La hemeroteca, por lo demás, nos invita a pensar que hoy estamos peor que ayer pero mejor que mañana y que nunca es demasiado tarde para cerrar SODENA. Eso sí que generaría a los navarros a medio plazo, sin riesgo, un retorno positivo estupendo.
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Un comentario
Pues si que es raro, si. Porque este «se lo leía todo» . Preparadísimo iba a todo, oyes…
Fíjense si es bueno, que en comparación con la anterior Consejera (Lourdes) no lleva ni industria, ni comercio, ni hacienda. Así que sólo tiene que dedicarse al desarrollo económico.
– ¿Y cómo va el desarrollo económico, Vecino?
– ¡Me cagüen la mar! Cómo pudiste hacerme esto a mí, yo que te hubiese querido hasta el fin
– ¿Pero qué dices, Vecino?
– Pues que como Alaska: frío.