Uxue Barcos, aquella antigua concejal que solía reclamar que los comedores de los colegios públicos de Pamplona permanecieran abiertos en verano, para que los niños no se murieran de hambre, suele quejarse del tipo de oposición apocalíptica que dice ahora que se le hace. Sería fácil por tanto hacer sangre con los datos del paro registrado recién publicados, en los que en el conjunto de España desciende el número de parados en 61.500 personas en diciembre, dándose la circunstancia de que, a escala autonómica, sólo sube el paro en Navarra y en La Rioja, y en Navarra más del doble que en La Rioja.
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No queremos sin embargo confundir a nuestros lectores sólo por criticar a Barcos, ni incurrir en el mismo tipo de prácticas que ella llevaba a cabo en la oposición y que ahora, hipócritamente, denuncia en el gobierno.
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Es cierto que el dato de paro registrado en diciembre es muy malo, pero para ser justos hay que observar lo sucedido a lo largo de todo el año. Nos encontramos entonces con que en 2017 hay 4.317 parados menos y que porcentualmente Navarra no tiene un mal dato. Bien es cierto que si este año somos de los sitios en donde más baja el paro el año pasado fue de donde menos lo hizo.
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Tampoco pretendemos decir ni mucho menos que los datos son estupendos. El hecho es que la economía mundial crece al mayor ritmo de los últimos años, que España crece de una forma particularmente robusta a la estela de este crecimiento global y que Navarra crece en la línea de los demás, aunque en lo que se refiere al empleo llevamos mucho tiempo haciéndolo de una forma bastante anémica. En 2016 y 2017 el paro registrado ha descendido en 7.411 personas. En 2014 y 2015 lo hizo en 8.345. Barcos no lo está haciendo especialmente bien, no está a la altura de los mejores y lo mejor que se puede decir del gobierno del cambio es que tampoco lo está haciendo mucho peor que la media del pelotón. Tan malos que se supone que eran los anteriores, tan torpes los gobiernos populares de media España, que cabría esperar algo bastante mejor. Pues ya vemos que no. Y la fiscalidad sobre las empresas, se ponga el gobierno como se ponga, convirtiéndonos en un territorio poco interesante para la inversión puede tener mucho que ver con que no lo estemos haciendo mejor.