Respecto a los 215 millones que el estado devuelve a Navarra por los dos años desactualizados de prórroga del anterior convenio, ha llamado bastante la atención la decisión del Gobierno de Navarra de dedicar esa cantidad a la amortización de la deuda.
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¿Por qué no dedicar ese dinero a otras cosas?
¿Por qué no bajar los impuestos?
¿Por qué ser tan prudentes y conservadores no siéndolo en otros momentos y otros capítulos?
¿Qué dicen de esto todos los socios que sostienen al gobierno?
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El hecho es que el Gobierno de Navarra se encuentra limitado por la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y la conocida como “regla de gasto”.
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En virtud de esta norma, el gasto de las administraciones respecto al gasto del año anterior sólo puede crecer un 2,1%, incluso en el supuesto de que los ingresos crezcan por encima de ese 2,1%, el exceso de ingresos sobre ese límite prácticamente se puede decir que se debe destinar forzosamente a la amortización de la deuda.
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¿No podrían bajarse los impuestos, provocar una caída de ingresos, y llenar el hueco con los 215 millones de modo que gastáramos lo mismo recaudando menos y bajando los impuestos? Ese escenario tampoco sería posible porque además de la regla de gasto, cuando hay superávit, según las explicaciones del consejero hay otro límite que es el tope de déficit, por lo que tampoco se puede generar a propósito el hueco a tapar con los 215 millones.
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¿Se hubiera podido dedicar el dinero a otra cosa en 2015 y 2016 si se hubiera tenido entonces?
Según el consejero tampoco, pues en el 2015 y 2016 hubiera sucedido lo mismo con la regla de gasto, sencillamente se hubiera dedicado menos dinero de golpe a amortizar la deuda, pero tampoco se hubiera podido gastar de otro modo.
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Finalmente, queda por reseñar que la regla de gasto es una imposición de Bruselas por el desajuste de nuestras cuentas. Dicen que no hubo rescate para España, pero Europa ha comprado mucha deuda pública española, nos ha prestado dinero cuando no lo hacían los mercados y se nos han puesto a cambio una serie de condiciones, como la regla de gasto. Si no es un rescate, se le parece mucho. El mérito por tanto de que los 215 millones se destinen a sanear las cuentas y no a gastarlo no es del Gobierno de Navarra, pero tampoco es mérito del gobierno central, sino de Bruselas.