La figura histórica de Sancho III el Mayor vuelve a estar de actualidad de la pluma del escritor Augusto Bruyel.
Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Licenciado en Filología Hispánica y en Psicología; docente, catedrático de Lengua Española y Literatura, director y orientador de Instituto, asesor en la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia. Tan intensa trayectoria profesional estaría incompleta de no referirnos a su faceta como autor de numerosos trabajos escritos.
Navarra Confidencial tiene el honor de entrevistarle en relación a su más reciente obra: una biografía novelada de Sancho III el Mayor, rey de Navarra (*).
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Pregunta: De la lectura del libro se deduce su gran conocimiento de las principales fuentes históricas de la figura protagonista, así como de algunas de las querellas y novedades historiográficas más candentes al respecto. ¿Por qué ha optado por una biografía novelada y no por un texto de formato académico?
Respuesta: Yo no puedo arriesgarme a escribir un texto de tipo académico porque no soy historiador ni realizo investigación en el ámbito histórico. Sólo pretendo ser un divulgador de la Historia de España. Y esto por dos razones principales. La primera, para mostrar personajes o momentos importantes de nuestra Historia, ya que, o no se está estudiando completa en nuestros centros educativos, o está siendo adulterada. La segunda razón es porque pienso que del estudio de ciertos personajes se pueden deducir enseñanzas muy oportunas para los momentos que se están viviendo en España desde hace más de treinta años. Lo que sí hago, para no decir ninguna barbaridad, es documentarme lo mejor posible sobre lo que escriben los historiadores.
Después intento contarlo todo de la manera más atractiva que pueda. Entonces sí que procuro echar mano de los conocimientos propios de mi profesión. Si se pretende ser un divulgador, se debe intentar prender al lector con un texto que, primero, desee seguirlo hasta el final; luego, que le ayude a fijar en la memoria algunos elementos básicos de la vida del personaje elegido y de las enseñanzas que se puedan extraer después de habernos acercado a su vida.
Creo que un texto literario, a nada que se haga un poco bien, sensibiliza mucho más que uno académico.
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P.: ¿Qué le reclama humana e intelectualmente, como hombre de nuestro tiempo, la figura del gran rey navarro?
R.: Destacaría, en primer lugar, lo bien que procuró llevarse con los demás señores de la Península. Igual que el propio Sancho III, siendo rey niño, había recibido el apoyo y los buenos consejos del poderoso conde de Castilla, después fue él quien debió tutelar al heredero de ese mismo condado y al del reino de León, ambos unos menores. La armonía con su cuñado, el conde de Barcelona, fue tan grande que hasta fueron coincidentes en la fecha de la muerte: los dos en 1035. También mantuvo cordialísimas relaciones más allá de los Pirineos. Tanta que, al morir sin sucesor el duque de Gascuña, fue nombrado como tal Sancho el Mayor, a quien también le favorecía su parentesco.
En contraste con la paz y el desarrollo del reino que Sancho III el Mayor consiguió, me atrae la catástrofe que supusieron las luchas intestinas de sus sucesores: fueron tales que hicieron desaparecer el reino de Pamplona. Ya ve las enseñanzas tan productivas que todo eso tiene para nuestro tiempo.
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P.: Sancho el Mayor llevó a Navarra a su máximo apogeo. ¿No es paradójico que en su voluntad radicara la razón última del agostamiento de nuestro Reyno?
R.: En mi libro intento dejar bien claro que Sancho III no repartió el reino entre sus hijos, de lo que tantas veces se le ha culpado. Es cierto que él dejó en herencia a sus hijos el gobierno de determinados territorios, gobierno que ya se venía ejerciendo incluso en vida del propio Sancho. Pero siempre supeditado al vasallaje en favor del hermano mayor, García el de Nájera, el único rey de Pamplona.
Lo que hundió a un reino al que, en efecto, Sancho III había dejado en lo más alto fueron las luchas internas —a muerte— que se desarrollaron durante el mandato de su nieto Sancho IV el de Peñalén, quien ha pasado a la Historia con ese sobrenombre, precisamente, porque murió despeñado en un barranco con este nombre, empujado ¡por su propio hermano!
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P.: ¿Como escritor, humanista y aragonés radicado en Galicia, qué le sugiere Navarra?
R.: Con Navarra siento una relación no pequeña. En primer lugar, como bien dice, por ser aragonés. Se viene considerando primer rey de Aragón a Ramiro I, hijo mayor (natural) de Sancho III el Mayor de Navarra. En mi pueblo se celebran las fiestas más animadas, con sus peñas y charangas tocando por las calles, que son claramente un calco de los sanfermines. Los partidos entre el Zaragoza y el Osasuna siempre se han considerado de rivalidad regional. Un servidor se casó en Navarra. Y mi abuela materna tenía de apellido Estrataeche, vocablo vasco, pero es que lo vascón proviene del norte de Navarra.
Navarra siempre me ha parecido una región, o comunidad autónoma, rica y poblada de gente, en general, noble y con un profundo sentido religioso. Parece ser también que el Camino de Santiago (ciudad en la que vivo) le debe a Sancho III haberlo facilitado en su momento; entre otras cosas, por el desarrollo de una feria excelente en Nájera, donde los peregrinos podían abastecerse con suficiencia para continuar su andadura.
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P.: Desde su fundado criterio, ¿Cuándo nace España? ¿Con Roma, los godos, los Reyes Católicos, la Constitución de Cádiz?
R.: Desde luego, el nombre —Hispania— nace con Roma. Desde la época de la reforma del emperador Diocleciano, a finales del siglo III, era una diócesis del imperio, con capital en Mérida, y que constaba de cinco provincias: Gallaecia, Lusitania, Tarraconense, Carthaginense y Bética. Pero, cuando Roma entrega esa diócesis a sus aliados godos para defenderla del ataque de otros pueblos bárbaros, entonces la Diocesis Hispaniarum acabará convirtiéndose en un reino con entidad propia.
En su disputa por controlar toda la Galia, los visigodos fueron vencidos por los francos en Vouillé (año 507). Tras la destrucción de su reino de Tolosa, los visigodos se centran en desarrollar el reino de Toledo, en toda Hispania, la cual ya administraban y tenían ocupada militarmente desde el siglo anterior, aunque existieran aún territorios que escapaban a su control, como el reino de los suevos en el noroeste.
Así que, cuando los musulmanes invaden la Península Ibérica en 711 y se hacen con el reino visigodo de Toledo, éste llevaba al menos dos siglos de existencia clara.
Tas un largo paréntesis posterior de ocho siglos, lo que acontece con los Reyes Católicos es la unificación bajo su mandato de los cuatro reinos cristianos —Castilla, Aragón, Granada y Navarra (la última, en 1515)— que conformarán desde entonces la España que ha llegado hasta hoy. Se acababa de crear, con ello, el primer estado europeo. Incluso, cuando Felipe II fue nombrado pocas décadas después (1581) rey también de Portugal, se recuperaban los términos geográficos de la antigua diócesis romana y del reino visigodo de Toledo.
De ahí que la auténtica anomalía en España —Hispania— es la de que Portugal, la cual volvió a ser un reino distinto en 1640, no esté formando parte de un mismo estado con nosotros.
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P.: España, ¿madre o hija de la Hispanidad?
R.: Aunque el término nació para englobar en él a Portugal, pues también era Hispania y desde la Península Ibérica se propagó una misma religión, se colonizó de manera semejante y se extendieron dos lenguas hermanas, se ha acabado entendiendo la Hispanidad como algo más propio de lo que España, junto a las tierras por ella colonizadas, representaba.
Mas, si España ha sido en su momento madre de la Hispanidad, creo que es justo admitir que la validez de ese concepto nos deberá venir hoy de los demás países hispanos. Fijémonos, si no, en tan sólo dos aspectos: la irreligiosidad cada vez mayor y el ataque continuado a la lengua española… dentro de la propia España.
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P.: España, ¿cárcel de pueblos o experiencia de libertad y pluralidad colectivas?
R.: Precisamente una de las características de la colonización americana hispana, en contraste con la anglosajona, fue la mezcla sin reservas con los nativos. Mientras la mayoría de indios norteamericanos fueron confinados en reservas, aún hoy podemos apreciar los rasgos aborígenes en muchísimos ciudadanos de países hispanoamericanos; incluso en sus más altos dirigentes.
España no ha sido cárcel de pueblos. Ni allende los mares ni en suelo patrio. Desde muy pronto, por deseo expreso de la reina Isabel la Católica, avalado por los filósofos y teólogos de la Escuela de Salamanca, se reconoce en los indios la misma naturaleza que la de sus colonizadores. Se les predicó el cristianismo porque entonces estaban convencidos de que era lo adecuado y lo imprescindible para el bienestar presente y futuro de los indios. Tal y como hoy se piensa respecto a la democracia: si se cree que es el régimen que mejor permite el desarrollo general de las personas y de la sociedad, hay que exportarlo por todo el mundo; introduciéndolo incluso, si es preciso, por la fuerza.
Ya dentro de España, nadie puede negar que sea hoy experiencia de libertad y de pluralidad colectiva. Más bien, los que están demostrando lo contrario son esos pretendidos pueblos (siempre en todo el mundo los más ricos de su entorno) que quieren liberarse a toda costa del pesado yugo de tener que compartir algo con los demás.
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P.: Como buen conocedor de los medios humanos y técnicos de la Educación estatal, ¿por qué han avanzado tanto en su seno, a su juicio, las tendencias hispanofóbicas?
R.: Las tendencias hispanofóbicas ya existían dentro del pensamiento dominante de la izquierda española. Seguramente como reacción a los famosos cuarenta años anteriores, todo lo que sonara a España les venía pareciendo a los autodenominados progresistas españoles como relacionado con el franquismo. La situación me parece evidente sólo con ver como les produce rechazo una bandera que ya tiene trescientos años de historia; o la palabra España, la cual siempre sustituyen por Este país o el Estado español, por lo que se oyen estupideces del tipo «está haciendo un tiempo excelente en todo el Estado español».
Pero, si a la izquierda todo lo relacionado con la palabra España o español les sonaba a rancio, a los representantes de la derecha política les daba pánico que los pudieran asociar con el franquismo. Con lo que tampoco se ha querido hacer alarde de esos dos conceptos. En consecuencia, las comunidades autónomas que han estado desde el principio en contra de España y de lo español han podido ir avanzando sin mayores problemas en el desarrollo de esa hispanofobia.
Si la izquierda, en su ceguera, no estuviera apoyando a nuestros nacionalismos disgregadores, egoístas e insolidarios, éstos no habrían tenido nada que hacer. La mayor equivocación de la izquierda española está siendo olvidarse del valor de la solidaridad y del apoyo a los más necesitados, para centrarse en romper España y ganarle una guerra a Franco que hace ochenta años que perdieron.
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P.: Europa, ¿riesgo para España u oportunidad?
R.: En estos momentos la voracidad catalana está teniendo como resultado positivo que el resto de España esté sintiendo la necesidad de defender a su país. Pero, aún con esto, la posibilidad de seguir manteniendo unida a la nación más antigua de Europa, hoy por hoy le viene de Europa.
Creo que dependemos mucho, para bien o para mal, de Europa. Recuérdese la desmembración de Yugoslavia: vino dada por el apoyo centroeuropeo a la independencia, en primer lugar, de Eslovenia, la región más al norte, industrializada y germanófila de Yugoslavia; después Croacia, la siguiente en riqueza. Al final, de un solo país han acabado saliendo nada menos que ¡seis! más: Eslovenia, Croacia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Serbia y Montenegro; y la región de Kosovo está a la espera.
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Muchas gracias.
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(*) Desde Pamplona, rex ibericus. Gozó de autoridad en toda la península. Augusto Bruyel, Editorial Manuscritos, 255 páginas, fotos en color, 15 €.
4 respuestas
Me parece muy importante que se difundan libros de divulgación sobre Historia que desmonten las medias verdades y mentiras enteras que circulan en otros ámbitos. ¿A qué me refiero? A Sancho el Mayor como rey de Euskal Herria, por ejemplo. O que Juana de Albret era independentista ya desde la cuna.
Gracias por esta entrevista.-
mmmmmm…., alguien me puede decir que REYES o GOBERNANTES a tenido esos SUPUESTOS PAISES de EUSKadi…. EUSKalherria…, REPUBLICA VASCONAVARRA etc etc jajajajaja, perdón perdoooooooon que no me acordaba que esos SUPUESTOS PAISES de EUSKadi… EUSKalherria…. REPUBLICA VASCONAVARRA NUNCAAAAAA han EXISTIDO jajajajaja…., en fin.., lo de esas POBRES GENTES del norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) que tienen SOÑAR y FANTASEAR con nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA para ponerse CACHON….. dos… es la HOST…. jajajaja, POR CIERTO, alguien me puede decir si un año mas esas POBRES GENTES del norte del Reyno de Cstilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) van a UTILIZAR estas NAVIDADES algo tan TIPICO y AUTOCTONO de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA como OLENTZERO ufffff…., lo digo como esas POBRES GENTES del norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) NO tienen SIMBOLOGIA PROPIA NAVIDEÑA (excepto a NEPTUNO) tendremos que COBRARLES por DERECHOS DE AUTOR, en fin, no me extraña que esas POBRES GENTES del norte del Reyno de Castilla se CORRRRRR…. an del GUSTO cada vez que piensan en nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA.
Sancho Garcés, Sancho III el Mayor, rey de Najera y Pamplona , es un rey claramente hispánico y de orígenes navarro, astur -leoneses , y castellanos.Su padre Garcia el Temblón , a su vez madre era de la casa de Cea, Jimena Fernández, Urraca era su abuela hija del conde Castilla y Alava , Fernán Gonzaáez. El matrimonia con Muniadona hija del conde Sancho de Castilla.
Mereced a sus orígenes y a su política convierte a Navarra en la primera potencia cristiana. Hereda Aragón, entonces condado , que incorpora al igual que luego a Sobrarbe y Ribagorza , cuyos nobles ante el intento de condes catalanes de sustraerle parte del territorio acuden a Sancho , casado como hemos dicho con Muniadona ,castellana, que es nieta de de Ava de Ribagorza , y quedan para Sancho . A la muerte del rey de León en Viseu combatiendo con los musulmanes , hereda su hijo menor Bermudo que queda bajo la tutela de su madastra Jimena , hermana de Sancho el Mayor, y los navarros ejercen influencia en León. Así mismo como su cuñado el conde de Castilla , que casa con la hija de Alfonso de león , muere . El condado pasan a Pamplona . Resulta que desde Leon, , hasta Cea, luego hasta Astorga hasta la frontera con los condados catalanes y con gran influencia en estos gobierna o tiene influencia Sancho el Mayor. Fue el primer rey de la España cristiana que unió bajo su hegemonía incluido León , no reinó ni gobernó Gascuña como se dice sino que la reclamó.
Lo de rey de Euscalerría , es una mentira , es una recreación separatista y en ningún documento de la época se habla de tal titulo, que desde luego no existía ninguna entidad política , por mucho que se empeñe el separatismo de raíz aranista. Y por mucho que se empeñen los nuevos ignorantes que quieren abrir la caja de Pandora de un balcanismo hispánico de consecuencias terribles.
Sancho repartió entre sus hijos legítimos, hoy se dirían matrimoniales. A Garcia Sánchez ,Najera,Pamplona con la Rioja, parte de Castilla ( Bureba,Trasmiera, Encartaciones , Montes de Oca y la vieja Castilla, mas Alava) y además le supo a poco, a Fernando casado con Sancha de León lo que queda del condado de Castilla , que tampoco le gustó, a Gonzalo, condados de Sobrarbe y Ribagorza . Una de sus hija , Jimena era reina consorte de León. A Ramiro , hijo no matrimonial el condado de Aragón, convirtiéndose luego en rey. .
El resultado luchas entre hermanos , luego primos etc , deshaciendo el trabajo de de Sancho el Mayor.
El ejemplo de Yugoslavia más bien demuestra que la política europea no es fiable.