32.202 euros por escaño.
Según el Boletín Oficial del Estado, los partidos políticos que consigan representación el próximo domingo recibirán 32.202 euros por escaño obtenido. Teniendo en cuenta que a España le corresponden 50 escaños, nuestros partidos y coaliciones se juegan 1.610.100 euros por este concepto. Pero esta cantidad es la de menos.
1,07 euros por voto.
En virtud de las subvenciones en juego, se puede cuantificar el valor de su voto exactamente en 1,07 euros. Si el domingo usted vota por cualquiera de los partidos que se presentan a las elecciones, además de su voto recibirá 1,07 euros siempre que consiga representación. El llamamiento a la participación tiene un sentido muy claro para los partidos al menos desde el punto de vista económico. En las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, y aunque se produjo una abstención del 54%, votaron 15,4 millones de españoles. De repetirse este resultado, nos encontraríamos ante el reparto entre los partidos de 18,7 millones de euros.
Trasladando los datos a Navarra, en las anteriores elecciones europeas las diversas candidaturas presentadas obtuvieron 198.174 votos. Transpolando esa cifra, el próximo domingo se dilucidaría en la Comunidad Foral el reparto potencial de 241.177 euros.
0,15 euros por los gastos electorales.
Añadido a todo lo anterior, cada partido recibirá otros 0,15 euros por cada votante que obtenga en concepto de compensación por los gastos en propaganda y publicidad electoral. De esta cantidad, sin embargo, sólo se beneficiarán los grandes partidos, puesto que se reserva a aquellos que obtengan al menos el 15% de los votos válidos.
La abstención como castigo.
Ante esta situación, no faltan voces que se alzan propugnando la abstención como cauce de rebelión cívica. Es el caso de la Plataforma de las Clases Medias que, frente a la financiación a costa del contribuyente, defiende la autofinanciación de los partidos políticos. Una reclamación que la citada plataforma explica a la luz del reciente uso partidista de aviones militares: tanto da que el avión lo paguen los partidos si a su vez los partidos los pagamos los contribuyentes. En este sentido, se contempla la abstención no sólo como un castigo político a los partidos, sino como la exigencia de un cambio de modelo por otro más respetuoso con el contribuyente a través de un toque de atención… en el bolsillo.