Txentxo Jiménez contra la promoción privada de vivienda. Hablemos de VINSA.

¿Qué es VINSA?

VINSA es una sociedad pública, creada por el Gobierno de Navarra en 1988, que se dedica a adquirir suelo y promover en él vivienda pública protegida, tanto en régimen de compraventa como de alquiler. Tiene además atribuidas otras funciones, como la rehabilitación de viviendas.

Promotores y constructores privados.

Simplificando, la construcción de una vivienda requiere previamente la adquisición del terreno sobre el cual edificarla. El promotor es quien se encarga de adquirir ese suelo sobre el que, posteriormente, levantará las viviendas el constructor. Una misma empresa puede integrar labores de promoción y construcción. Se impone esta explicación para entender el despropósito de la afirmación de Txentxo Jiménez, asumiendo que las viviendas se edifican solas en el vacío creando puestos de trabajo al margen de la actividad promotora. Por el contrario, las viviendas se edifican sobre el suelo que, a un alto precio, el promotor ha adquirido endeudándose previamente con los bancos, empeñando para ello su hacienda y patrimonio. Como en general cualquier empresario, por otra parte.

Lo que Txentxo no cuenta de la promoción pública.

Un pequeño dato que sin duda escapó a la reflexión del aguerrido portavoz nacionalista se refiere a la forma en que VINSA realiza su actividad promotora. Como hemos explicado, el promotor privado tiene que empeñar y arriesgar su patrimonio para obtener financiación de las entidades de crédito, que le permita adquirir suelo sobre el cual poder construir. Un problema que no tiene VINSA en absoluto. Del terreno que el promotor compra con su dinero, está obligado a ceder un 10% al respectivo ayuntamiento. VINSA, a su vez, puede adquirir este terreno a precio VPO; es decir, a un 17,5% del precio de mercado. Todo ello, naturalmente, sufragado por el contribuyente.

VINSA, un parásito del promotor privado y del contribuyente.

Resulta así que la promoción privada, tan denostada por Txentxo, es la que dota de suelo a la promoción pública, tan alabada por Txentxo. Tenemos también que el promotor privado, tan denostado, utiliza su propio patrimonio para adquirir suelo, mientras que la promoción pública, tan ponderada, opera utilizando el suelo que le ha cedido el promotor privado y el dinero que paga el sufrido contribuyente con sus impuestos. El paradójico planteamiento de Txentxo Jiménez, una vez más, parte de la genial premisa socialista de que el triunfo de lo público consiste en liquidar el sector privado del que en último término obtiene su financiación.

¿Para qué sirve VINSA?

Ahora que ya entendemos un poco mejor quién paga VINSA, la pregunta es cuál tiene que ser –si acaso tiene que ser alguna- la función de VINSA. La culminación de esta pintura surrealista sería que la Administración creara un empresa pública, que viviera a costa de las empresas privadas, para competir con ellas realizando la misma labor (sin aportar nada) pero desde una posición de ventaja que provoque su destrucción. Un ejemplo de esta situación es el que se está dando entre las televisiones públicas y privadas. La competencia desigual de las cadenas públicas ha provocado el colapso del sector, afectando especialmente a PRISA (una de las empresas más defensoras del intervencionismo público). La “refundación del capitalismo” según Zapatero, al menos en el sector televisivo, consistirá en que las televisiones públicas se retiren del mercado publicitario para proporcionar oxígeno a las televisiones privadas. Puesto que las televisiones públicas no aportan nada a la programación de las privadas, lo lógico sería proponer su cierre para evitar el perjuicio sin beneficio que les produce a éstas. El gobierno, pensando que nunca se sabe cuándo pueden venir bien un par de canales, ha preferido sin embargo quitar esa carga a las privadas (al menos parcialmente) sólo para pasársela al contribuyente, que tendrá que trabajar unos días más al año para pagar los ingresos publicitarios que dejan de obtener las televisiones públicas. Bienvenida sea cualquier medida que sirva para otorgar a VINSA un papel que no sea el que ya realizan las promotoras privadas. De hecho, ése es el sentido de la acción pública. En otro caso, mejor sería para el contribuyente cerrar VINSA.

Noticia relacionada: El círculo vicioso de las VPO.

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