Ya en un artículo anterior nos referimos a lo rana que le había salido a Uxue Barcos la concesión de la Medalla de Oro de Navarra a los “creadores” de la bandera de Navarra: Hermilio de Olóriz, Juan Altadill y Arturo Campión. El caso es que, virtud del rechazo de PSN e IU, sumado al de UPN y PPN, cada uno por sus propias razones, el Parlamento de Navarra ha rechazado hace unos días esta concesión, por más que el Gobierno haya decidido mantenerla contra el criterio de la cámara foral.
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Al margen del motivo histórico, una de los motivos políticos más sonados para cuestionar la concesión es la adhesión de Campión al alzamiento en 1936. El asesinato de varios familiares, víctimas del terror rojo en Guipúzcoa, pudo tener mucho que ver con esta decisión. Interesa quizá no obstante profundizar a través de sus textos un poco más en la figura de Campión. Como se verá a continuación, hay citas para todos los gustos que permiten encuadrarlo o desencuadrarlo a voluntad en una determinada posición.
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Xenófobo y racista
Es posible considerarlo por ejemplo como un xenófobo, a la luz de palabras como estas, pronunciadas en el año 1891.
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“Es tan vivo y acendrado el amor que profeso a la tierra nabarra, mi patria, y aun a toda la tierra euskara, que con extremada repugnancia y por satisfacer a poderosos motivos, solicitadores de mi voluntad, únicamente, suelo dedidirme a salir de los confines de ella; pareciéndome el suelo que piso y el aire que respiro en otras regiones, abrojos y miasmas de luctuosísimo destierro”.
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Podría acusarse también a Campión de racismo, por pronunciamientos como estos:
“Así como los individuos, dentro de la sustancial unidad de la naturaleza humana difieren cualitativamente entre sí, de igual modo los grupos étnicos dentro de la unidad de la especie humana. En la escala de la perfección unos ocupan los peldaños altos, otros los inferiores, muchos los de en medio, y tan mentirosa es la igualdad atribuida a los hombres como a las razas”.
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Xenófobo, racista… y además antisocialista
Que además de sus tics racistas y xenófobos Campión detestaba explícitamente el socialismo, queda asimismo patente en esta cita, en la que aglutina xenofobia, racismo y antisocialismo:
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“Entre el genio euskaro y el socialismo media repulsión absoluta e irreductible. Así se explica que los propagandistas, los fautores y los secuaces de esas ideas, oprobio de Bizkaya, sean los advenedizos, los nómadas de la inmigración servil. Esta es la última invasión del extranjero que padecemos. Y de igual suerte que atentan a la pureza de nuestra raza y a la integridad de nuestra fisonomía castiza con sus oleadas de detritus étnico, masa híbrida de celtas bastardeados, de latinos decadentes y de moros corrompidos, todavía pretenden, señores, causarnos un daño mayor, envenenándonos las almas con un grosero ideal propio de envidiosos essclavos!”.
Conferencia en el Centro Basko de Bilbao, 27 de abril de 1901
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Mantener la pureza de la raza vasca para que no suceda lo que a Roma
“Si la raza, según los antropólogos, rara vez o nunca es pura, imaginaos, señores, lo que les sucederá a las naciones grandes de larga historia, que tanto vale decir, de ordinario, de inicua historia, inmensos osarios de pueblos y naciones pequeños asesinados. En ellas los tipos étnicos, que acaso de los cuatro puntos de horizonte acudieron, se cruzan y vuelven a cruzar, agotándose todas las fórmulas del mestizaje; al cabo, los ciudadanos de esas insignes naciones suelen asemejarse, en achaque de pureza de sangre, a los perros callejeros, y cuando el contubernio étnico se ha practicado hasta su último límite, suena para ellas la hora de la decadencia ineluctable e irredimible, como sonó para Roma, victima de la colosal hibridación tan impresionantemente descrita pro el gran conde Gobineau”.
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Mejor analfabetos que estudiar en español
En el momento en que Campión pronuncia estas palabras, en 1903, además de un amplio porcentaje de población analfabeta, había familias vascoparlantes para las que resultaba fundamental la educación de sus hijos en español. El vascuence ya lo sabían los chavales al llegar de casa, era el español lo que sus familias querían que aprendieran a hablar correctamente. Pues bien, esto a Campión le parecía tan inadmisible que en último término prefería el analfabetismo, si tenía que elegir entre euskerización y alfabetización.
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“La enseñanza exclusivamente castellana produce directamente la deseuskarización del país. Bajo su forma actual, dicha enseñanza es el enemigo más dañino y eficaz de la conservación del baskuenze. Por virtud de las disposiciones legales, el patriota euskaro se ve forzosamente constreñido a mirar con mejores ojos la ignorancia que la instrucción. Os escandalizo, ¿verdad? No seríais de vuestro tiempo si no os encandalizaseis. A mí, de cuantos reproches puedan dirigírseme, el de inactual me place sobremanera. La instrucción popular es la gran panacea social contemporánea. Aquello de que no fueron los generales, sino los maestros de escuela prusianos quienes ganaron la batalla de Sadowa; aquello de que abrir una escuela es cerrar una cárcel; la exculpación famosa que Víctor Hugo puso en boca de la communard d Lánnée terrible, increpado elocuentemente por el incendio de la Biblioteca de París: no sé leer; tantas y tantas frases hechas, repertorio obligado de sociólogos chirles y regeneradores visionarios, diariamente repetidas a diestro y siniestro, a roso y vellosos, pro periódicos, revistas, parlamentos y ateneos, han creado una mentalidad especial, una mentalidad china o siamita extraordinariamente difundida, que sólo puede calificarse como corresponde, denominándola superstición escolar. Puesto que la instrucción primaria al uso, en puridad, es el arma de guerra forjada para causarnos un mal mayor que el que provenga de la ignorancia, hora es ya de emplazarla y traerla a la barra; no para negar los beneficios de ella, indudables y deseables pro otra parte, sino para reducirlos a su exacta proporción; destruyendo al paso el respeto humano que cohíbe nuestra defensa, con el absurdo supuesto de que en todo tiempo y lugar los bienes de la instrucción sobrepujan y aventajan generosamente a cuantos males sea justo echarle en cara. ¡Sería cosa de ver que por huir del grotesco sambenito de analfabetos dejásemos de ser baskongados!”
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Malditos beaumonteses
En 1893, discurseando en Madrid como diputado en el Congreso, Campión deplora la conquista de Navarra, la actuación de Fernando el Católico, la “traición” de los beaumonteses… Sin duda estas palabras las suscribiría cualquier nacionalista actual, pero no se vayan todavía porque aún hay más y bastante contradictorio con lo que ahora van a leer.
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“El miércoles 21 de julio de 1512 (y este es día triplemente nefasto, porque un 21 de julio se abolieron los fueros baskongados y otro 21 se estaban discutiendo los de Nabarra) es fecha tan luctuosa como menguada para los nabarros: los áureos centelleos de la corona de Sancho el Ayos y de García Ramírez se eclipsaron entre eternas y malditas sombras. Las tropas del Duque de Alba, rompiendo las fronteras de Alaba, penetraron en territorio nabarro por el valle de la Burunda, cuyas habituales nieblas hubieron aquel día de espesarse para servir de crespones funerarios a nuestra historia. Los traidores beaumonteses, capitaneados por D. Luis, hijo del Conde de Lerín, les servían de vanguardia. Las tropas invasoras iban a cumplir la amenaza que el rey d. Fernando había dirigido pocos días antes, en Burgos, al Mariscal de Nabarra, de “tomar por fuerza lo que el rey D. Juan no quería dar de voluntad”.
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Decíamos hay más porque, para empezar, al mismo tiempo y en ese mismo discurso, Campión también traza un retrato de la Navarra de 1512 que contextualiza, por no decir explica, la actuación de los beaumonteses así como la auténtica situación de Navarra en aquella época, muy lejos de la Arcadia feliz que ahora pintan los nacionalistas. Así, refiriéndose al éxito militar de Fernando el Católico, es como describe aquella Navarra de 1512 Campión:
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“Y aunque constantemente se envaneció por su rápida campaña de mes y medio, atribuyéndola al favor de Dios, es lo cierto que se entronizó en un pueblo hecho astillas por sesenta años de guerra civil, atizada muchas veces por él mismo, cuya poblacíón había disminuído en dos terceras partes, cuyos campos cubría la maleza, cuyos recursos pecuniarios se hallaban agotados, cuya cohesión social y política se había disuelto por el espíritu de bandería que envenenaba todo el cuerpo nacional. Y si Dios le movió, fue en concepto de ministro de las venganzas divinas, desatadas por los inacabables horrores de una lucha entre hermanos”.
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Aparece otro Campión que podía haber fundado UPN
A la vista de todo lo leído, podían ustedes ver confirmada la idea de que Campión era un nacionalista perfectamente sabiniano, integrista, racista, xenófobo y nacionalista. El retrato que hemos mostrado hasta ahora de Campión también vendría a confirmar el discurso de que la bandera de Navarra la diseñaron tres nacionalistas. Bueno, en realidad vendría a confirmar un tercio de esa afirmación. Ahora veremos que ni eso porque, no obstante todo lo dicho, el retrato de Campión quedaría incompleto sin otras citas que matizan lo anterior. Lo curioso es que se trata de citas que más o menos conviven en los mismos momentos y en los mismos discursos de todas las anteriores citas. No es tanto que en una época pensara una cosa y en otra una cosa distinta, como que en una misma época podía decir todo lo anterior y al mismo tiempo combinarlo con lo que van a leer a continuación, y que se apañe con ello el futuro lector.
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“Yo quiero una España unida por la fe, por los lazos espirituales de la civilización católica, por el sentimiento íntimo de la nacionalidad común, provisto de órganos apropiados, de ninguna manera un rebaño de provincias anónimas e inertes, aprisionadas en las mallas de sistemas centralizadores y unitarios, servilmente copiados y traducidos. Yo deseo que en este hermosísimo cielo español se inflamen de nuevo aquellos espléndidos astros que se llamaron Aragón, Castilla, Cataluña, Galicia, Nabarra, Valencia, Bizcaya… ¡Constelación incomparable en la historia del mundo!”
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Estas palabras que acaban de leer las podrían haber escrito o suscrito muchas personas que participaron en la fundación de UPN, sin embargo las pronunció Campión en una conferencia en el Centro Vasco de San Sebastián, el 7 de enero de 1906. Y por esos derroteros hay muchas más.
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¿Nacionalista? Foralista desde la lealtad a España. Congreso de los Diputados. 24 de mayo de 1893.
“Decía mi querido amigo el Sr. Nocedal en uno de sus maravillosos discursos: Yo soy católico, soy español y no soy ninguna otra cosa… Lo mismo, absolutamente lo mismo y con igual alcance y sentido repito yo. Os he delineado los abismos que en el modo de entender la cuestión religiosa me separan de la grna mayoría de vosotros… no de vuestras personas, entre quienes muchas merecen mi admiración por su talento, así como todas mi respeto, sino de vuestras ideas. En el terreno meramente político no son tampoco chicas ni leves ni pasajeras nuestras diferencias, y me conviene tanto más ponerlas de bulto, cunado que el Gobierno se dispone a concluir con los restos de las antiguas libertades locales de España. Hijo de la nobilísima raza euskara, el amor a los fueros de las provincias basko-navarras es uno de los afectos más encendidos de mi alma. En esta parte repudio también con toda energía los atropellos del liberalismo, continuador de la monarquía absoluta de los Borbones. Aquellas provincias acreditan perfecto derecho a su régimen foral, y protesto solemnemente contra todas las leyes y decretos que de él las han despojado”.
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Nacionalista sí, separatista no
El 7 de enero de 1906, en el Centro Vasco de San Sebastián, Campión se declaraba no separatista en el marco de un amplio discurso, del que nos interesa particularmente este trozo en el que se declara “unionista”, un término con el que el nacionalismo se refiere actualmente de forma despectiva a la población no nacionalista.
“Ahora pregunto yo, señores: ¿cuál debe ser la tendencia del nacionalismo? ¿A qué fin debe de enderezar su propaganda el nacionalismo? ¿A procurar que esa separación jurídica descienda de la esfera abstracta de los principios al mundo concreto de los hechos, tome cuerpo en la realidad y provoque un movimiento secesionista como el de la América española o el de Cuba? O por lo contrario, ¿los esfuerzos se han de dirigir a restablecer la unidad rota, a tapar los resquicios por donde el separatismo antiespañol pudiera penetrar, y a renovar en su día los antiguos y venerables pactos con la Monarquía española? No sé si existe nacionalismo secesionista, pero declaro con la mayor solemnidad posible que el mío es unionista”.
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La anterioridad del escudo y las cadenas a 1910
Para terminar, y para referirnos también a la falsedad de la idea de que Campión, Ollóriz y Altadill crearon la bandera de Navarra en 1910, cuando lo que hicieron fue simplemente tomar los elementos simbólicos que ya existían hace siglos, en vez de retrotraernos al Privilegio de la Unión, a las Crónicas del Príncipe de Viana, al escudo del rey Teobaldo o a la bandera del batallón navarro que en 1558 participó en el ataque a San Juan de Luz, en mayo de 1891, Campión pronunció un discurso en Cataluña que concluía del siguiente modo:
“Y si alguna vez los hambrientos leones se ceban en vuestras barras, que las cadenas de nuestro escudo los aprisionen”.
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La cita resulta pertienente porque estamos celebrando poco menos que la creación en 1910 de los símbolos navarros cuando el propio Campión ya cita el escudo con las cadenas en 1891. Por si cabía alguna duda que lo hecho en 1910 y ahora premiado no es más que una re-oficialización o una composición tomando para su realización elementos claramente tradicionales y preexistentes, pero además dispuestos ya de una determinada manera desde hacía siglos. Nada que ver por tanto con la ikurriña, de la que ya pueden intentar ustedes encontrar referencias anteriores a 1894.
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http://www.navarra.es/appsext/bnd/GN_Ficheros_PDF_Binadi.aspx?Fichero=BGN0039-1_18400000000000000000410.pdf
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5 respuestas
Nacionalismo unionista, tócate las p…La cuadratura del círculo
nada nadaaaa…, si la Sra Barcos dice que la MEDALLA de ORO es para Campión por INVENTAR LA RUEDA en 1.910…. TODOS A CALLAR jajajaja…., si la Sra Barcos dice que la MEDALLA de ORO es para Campión por INVENTAR LA POLVORA en 1.910…. TODOS A CALLAR….jajaja…, si la Sra Barcos dice que la MEDALLA de ORO es para Campión por INVENTAR la bandera de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA en 1.910… TODOS A CALLAR jajajaja, no olvidemos que antes de 1.910 nadie en el mundo conocia la POLVORA…, la RUEDA…., ni la BANDERA de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA jajajaja, asi que hoy en dia gracias a Campión tenemos POLVORA…, RUEDAS… y BANDERA en nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA jajajaja….., por cierto que me gustaría saber que nos cuenta la Sra Barcos y SU jefe Urkullu sobre la SUCURSAL que monto SU partido en ALEMANIA como BUENOS AMIGOS DE HITLER….. uyyyyyyy….., que nos contará Barcos y SU jefe URKULLU sobre los ORIGENES de su partido…, y sobre todo como IBAN de la MANO con HITLER…, ufffff…., quizás de ahi vengan los AIRES de GRANDEZA de los del norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) DESEANDO nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA a el PRECIO QUE SEA, a el IGUAL que HITLER con sus AIRES de GRANDEZA DESEABA EL MUNDO PARA EL…, vamos que dime con quien andas y te dire como eres…, y si el partido de la Sra Barcos y de SU jefe ERA UÑA y CARNE de HITLER…. ufffff, aunque si para parar a HITLER HIZO FALTA una COLABORACION INTERNACIONAL, para PARAR a los del norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) nos bastamos SOLOS los de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA.
Pues a mi Arturo Campión me gusta mucho.
Hay que verle, desde luego, e el contexto de su tiempo, algo que hoy en día se está manipulando vergonzosamente incluso para insultar al cristianismo y a la Iglesia.
Por favor señores. Hay otras figuras que rechazar y a las que juzgar. Aplaudamos a los Navarros Ilustres que nos han precedido y nos deben llenar de orgullo.
No dudo de la condiciòn de navarro del sr. Campión , ahora eso de hijo de la nobilísima raza euskara, o hablar de latinos decadentes entre otras lindezas , con un apellido Campion, de campioni , o de campione , o el Jaimebon que no parecen ser muy eusquericos, pues es querer ser lo que no era,. Referirse a Roma como que decayó por la hibridación y esa mención de ese delirante racista Conde de Gobineau ,en fin es olvidar muchas cosas. En cuanto a su trayectoria personal , un tanto contradictoria . Primero notable seguidor del gaditano don Emilio de Castelar , voluntario de la desastrosa primera república , oficial en el Batallón de Infantería de la Milicia nacional en Pamplona , luchando contra soldados del ejercito español carlista. Luego integrista, fuerista ,nacionalista no peneuvero etc. Por último esa apelación a lo baskongado, término que abarcaría mejor a alaveses, guipuzcoanos o vizcaínos , no a navarros, y la diatriba contra las tropas del Duque de Alba sin una palabra de quien formaba sus tropas aunque quiere que en su vanguardia fueran solo navarros beaumonteses con olvido de quienes la formaban es sencillamente un poco difícil de comprender.
Supongo que todos respetamos a Arturo Campión. Otra cosa es que discrepemos de él en varias cuestiones que, con el tiempo y las ignorancias de hoy, se han hecho importantes.
Sobre todo podemos discrepar en no pocas de sus expresiones tan bien recogidas en este texto de «Navarra Confidencial», aunque es muy posible que con ellas su autor quisiera decir aún sin pretenderlo expresamente algo distinto a como hoy las entendemos. Quizás ni el mismo Campión se aclaraba del todo, tomando por ello un camino muy personal. Y quizás exagerase las cosas, haciéndolas carne y sangre suyo, creando imágenes para ensalzar lo espiritual, lo puro en su verdad y bien (postura esta post romántica como diré), y para incidir de rechazo en lo contrario al Liberalismo y Socialismo de su época. Y cuando se actúa de rechazo vienen algunos desenfoques.
Personalmente creo que Campión fue un hombre pero que muy de letras, y que por temperamento estaba un poco en las nubes en relación con lo que verdaderamente es la práctica política. No, no era hombre de organización, de mando y de gobierno. En este sentido, creo que le sentaba un poco grande el sillón en las Cortes, que era un puesto de responsabilidad, visión y prudencia política. Estaba mucho mejor entre sus libros y en la contemplación de las cosas, al estilo Marcelino Menéndez Pelayo. Quizás por eso, por conocerse bien, resulta que ese otro pamplonés como Cancio Mena e Irurzun no quiso presentarse a elecciones después de tentarle el mismísimo Cánovas con el éxito. En aquella época era un pequeño vicio llevar a las Cortes a gentes de letras… para adornar y engrandecer al propio partido y para que al final hicieran caso al jefe que les fichaba.
Ramón Nocedal, contra quien Campión arremete al abandonar su vinculación con el partido Integrista, tenía mucha más categoría política y de pensamiento que don Aturo, aunque éste último escriba sobre «La batalla chica del Sr. Nocedal» (1893, 89 pp.).
También considero que Campión estaba muy tocado de post romanticismo como varios de los eúskaros de esa época: es el caso del poeta y cronista «a la antigua» Hermilio de Olóriz, que murió desilusionado. Esto hace que Campión sea a veces poco ecuánime, poco matizado, demasiado letrado, a veces utilice la exageración y una visión metafórica de la realidad, envuelva todo con los mil matices de las letras como si la palabra pudiese recrear algo, o bien que sienta la extrema necesidad de tomar partido ante la realidad del pasado. Dejen tranquilos a los de 1512, que eran épocas difíciles de entender en lo mucho que pasó.
Es como si los eúskaros, a fuerza de gente espiritualista e idealista pero muy apegada a su propia vida y «yo» personal, tendiesen a materializar el alma y la fuerza espiritual de cada realidad, a materializar hasta el Derecho, a materializar algo incluso la misma religión. Es decir, se podía hablar de raza en vez de mencionar el alma propia, la familia de familias, y la realidad intransferible; hablar de nación pero sin separarse de España en vez de mencionar la sana individualidad de la comunidad histórica; hablar de comunidad antiquísima e idealizada en vez mencionar los derechos propios ante el Gobierno supremo; hablar de lo biológico y la comunidad del pasado en vez de mencionar e incidir en el Derecho y lo jurídico. Como si en el romanticismo hubiese que materializar -para hacerlo aprensible- lo espiritual, por naturaleza inaprensible.
Como el Carlismo era mucho más familiar, jurídico y político que romántico (a pesar que en las expresiones el post romanticismo afectase a todos), como el Carlismo era más clasicista, tomista y escolástico, quizás por eso, amén del propio estiramiento y temperamento de Campión, resulta que Campión era anticarlista. También la forma bella de expresión y el origen italiano puedan incidir en nuestro excesivo pundonor.
Cambio de registro para concluir. A pesar de lo dicho, y pese a ciertas cuestiones, Campión me cae bien, sobre todo hoy. Estoy aprendiendo a quererle. Seguro que él repugnaría de no pocos de los aplausos que se le brindan los nacionalistas actuales. Neguemos rotundamente a los nacionalistas de hoy la utilización que hacen de don Arturo Campión.
¡Qué paciencia, sr. mío!; sí, y perdón por lo largo.